Capitulo 115| Un funeral, un taxi y un desafió

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No quiero hablar mucho del funeral. Es decir, tampoco es que haya mucho que contar al respecto. No quiero sonar mal, que la abuela de Marcel siempre me cayó muy bien, simplemente que no sé qué hacer o decirle a las personas. Sé que he pasado por esto con mis padres, pero aun no soy buena encontrando las palabras adecuadas para consolar a alguien en esa situación.

Cerca de la medianoche finalizó el servicio y como por arte de magia todos se fueron. Sí, todos se fueron y ni siquiera se preocuparon en preguntarme si tenía dinero o lugar donde quedarme. Supongo, que de eso se trata ya no pertenecer a esta familia.

¿Sabes una cosa?

Me sorprende que Gerard se haya ido sin avisarme. Él sabe que no tengo dinero. Él me trajo hasta Barcelona en su auto.Él simplemente debió imaginarlo cuando literalmente dejé que me pague un café durante el viaje.

─ ¡Mierda!─ he murmurado al notar que ni el muerto estaba en la sala donde se celebró el servicio. Saqué mi móvil para comunicarme con alguna persona que se apiade mi alma pero "casualmente" todo mundo tenía el móvil apagado. Detrás mío escucho la voz de Marcel diciendo─. Yo...

Hasta el momento solo nos hemos estado dirigiendo la mirada. Puede que sea una persona muy ruidosa pero sé cómo comportarme en estos sitios. Algo de etiqueta aprendí de Marceo. Aunque sea difícil de creer. Me giré unos segundos y luego volví a darle la espalda sin decir una palabra.

Marcel musitó como si estuviera decepcionado─. ¿Vas a actuar así?

¿Eh? ¿Acaso fui yo la que decidió terminar la relación?

─Lo siento. Permiso─ he dicho dando pasos hasta la entrada.

En verdad, ¿Dónde están los taxis "rápidos y furiosos" cuando se necesitan?

Marcel me siguió y se colocó delante mío─. Deberíamos hablar. Pienso que si decidiste venir al servicio de mi abuela es por...

─Tu abuela. Ella me parecía muy agradable. No he venido por ti. Lo siento. Supongo, que esto hiere tu orgullo pero nada puedo hacer─ le contesté con seriedad. Escucha, tengo derecho a actuar irritable y hacerme la difícil aunque sea alguna vez en mi vida.

─ ¿Por qué estás siendo tan cruel? ─ Marcel me cuestionó para luego añadir como el rey del dramatismo que es─. ¿Sabes? Con esa actitud solo me recuerdas a la inútil de mi casera que solo hace que mi corazón se canse.

Tras un suspiro he dicho─. Estamos a mano; mi corazón también se ha cansado de ser pisoteado por...─ me muerdo la lengua antes de decir: "una cabra loca"; me doy golpes mentales antes de continuar diciendo─. ¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué estoy hablando contigo? Nosotros no tenemos nada de qué hablar.

Marcel sacó un as bajo la manga diciendo─. Claro que sí. Nos hemos distanciado. Dime, ¿Has estado bien?

En verdad, ¿Cómo este hombre puede hacer preguntas tan inapropiadas? Es decir, ¿Por qué me pregunta eso? Vale, que es cierto que no he estado muy bien, pero ese tipo de preguntas te la hace una persona que te acompaña en el trágico momento de la separación, no la persona que decidió terminar la relación.

─ Yo, en la medida en que no tenga contacto contigo, estoy perfecta. Por favor deja de hacer ese tipo de preguntas porque las repuestas solo herirán tu orgullo─ le afirmé aunque no fuese cierto.

─ ¿Qué? ¿Me estás amenazando? ¿Por qué lo estás haciendo?

─¿Y por qué no debería? Fuiste tú el que decidió romper nuestra relación de la noche a la mañana. Fuiste tú el que dijo que era mejor dejarlo porque era una carga demasiado grande.

¿Cómo cazar a un millonario?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora