Capítulo 116 | Un ayudante, una charla y un cambio

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Marcel está tratando de recuperarme. Dios, no puedo creer que eso está sucediendo. No puedo creer que esta sucediendo en medio de una cantidad importante de vestidos que tengo que entregar. Porque sí, parece que el destino decidió ponerme en el camino mucho trabajo, cosa que agradezco aunque con Marcel en medio todo es demasiado complicado. Creeme que en un principio puede ser gracioso pero tú mejor que nadie sabes lo exasperante que puede llegar a ser cuando no obtiene lo que quiere. Y, ¿qué puedo decir? Yo tengo demasiado trabajo encima como para lidiar con eso.

─ ¡Auch!─ Marcel se quejó por enésima vez. Definitivamente, la costura no es una de sus mayores virtudes. Sí, está ayudándome con las costuras de un vestido para ganarse mi amor y respeto. ¿Cómo ha pasado todo esto? Pues, me ha dicho que la única forma de recuperar mi corazón era pasando mucho tiempo juntos. Por desgracia, tengo mucho trabajo con los vestidos,(y también quiero que sufra, no me juzgues por eso), así que aceptó ser mi ayudante.

─No exageres, Marcel.

Juro que estoy haciendo todo lo posible para no tener un ataque de risa.

─ No puedo creer que estoy haciendo esto─ Marcel se quejó para luego añadir con sarcasmo y drama─. El tipo más rico de Europa haciendo la costura de un vestido de noche; es de risa. Es más, ahora mismo siento que me estoy muriendo de risa.

Me hace gracia su drama.

Cruzada de brazos le recordé─. Nadie te obliga a estar aquí.

─Dije que iba a recuperarte─Marcel enfatizó─. Por cierto, valora esto. Ningún hombre como yo haría este tipo de cosas. Es más, merezco dos puntos ya que te ahorré la costurera.

─ ¿Qué? ¿Estás presumiendo tu dinero otra vez?

Marcel remarcó con el dramatismo que le caracteriza─. Solo te recuerdo que no cualquiera haría esto por ti.

─Y yo te recuerdo que nadie te está obligando a estar aquí o mucho menos a ayudarme con mis vestidos. Puedes marcharte cuando quieras.

─ Sabes perfectamente que no me marcharé. Sé que tarde o temprano vamos a volver a estar juntos así que no digas cosas de las que luego no puedas o quieras tomar responsabilidad.

Eso es lo que me preocupa.

Eres el último romántico.

─ Eso no lo sabes─ le contesté divertida.

─¿Por qué no dejamos esto y hacemos alguna cosa más divertida? ¿Vacaciones? ¿Restaurante? ¿Paseo por la playa?

─Marcel estás perdiendo tu originalidad─ me reí. Es que me ha dado gracia que mencione todo lo que haría una persona cualquiera para conquistar a la persona que quiere─. Te recuerdo que te dejé estar aquí solo porque necesito un ayudante.

─ ¿Por qué no lo dejas? No es necesario que hagas nada de esto. La tienda tiene que ser solo un pasatiempo.

¡Ay! ¡Dios! Este hombre solo busca sacarme de mis casillas.

─Esto no es un pasatiempo para mi. Este es el trabajo de mis sueños. Un trabajo que me costó mucho sacar adelante con Lisse.

Con entusiasmo infantil me propuso─. Si dejas esto te voy a volver a contratar como mi casera.

─ Tú casera? Ni loca.

─ Te subiré el sueldo. Estoy seguro que es más de lo que ganarás vendiendo todos estos vestidos.

¿Cómo puede hacerme una proposición menospreciando mi sueño y talento?

─ Quizás. Pero, el no trabajar para tí ya es una gran satisfacción por sí sola.

¿Cómo cazar a un millonario?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora