¿Cómo cazar a un millonario?

Capítulo 123| Y las risas no faltaron (Final)

Hola.

Llegó el capítulo final.

Lamento bastante la tardanza, pero estuve con mucho trabajo. De hecho, he estado así casi la mitad del tiempo desde que decidí editar la historia. Todavía creo que debo seguir editándola, aunque esta vez no voy a sacar los capítulos, simplemente los voy a editar porque son cuestiones de formato más no de contenido; así que la historia no se va a ir. Por cierto, quiero darles las gracias a todas las personas que me han acompañado durante todo este tiempo (es hasta gracioso que me haya demorado más en reescribir la historia que en escribirla), de verdad gracias por la paciencia, por leer y releer la historia durante todos estos años. Siempre me sorprende cuando me cuentan que es la segunda o tercera vez que leen la historia después de mucho tiempo, y todavía la encuentran divertida o les trae nostalgia (pero de la buena).

Sé que había prometido una segunda parte hace años, pero de momento quiero centrarme en escribir otras cosas. Estos personajes me han acompañado durante casi nueve años, y me gustaría tomarme un tiempo para explorar historias nuevas. Nuevamente, estoy súper agradecida con todos ustedes, son los mejores lectores/as del mundo. Un abrazo enorme. Gracias por estar del otro lado durante todo este tiempo. 

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Me casé con Marcel.

Me casé con Marcel (y no es una broma). Me he repetido esto como una docena de veces después del "acepto". Dios, se siente tan extraño, es decir, estoy casada con un hombre que odiaba con todo mi corazón, y lo peor es que me hace tan feliz estar casada con él, y ni siquiera es por el dinero, porque vivir con Marcel es algo no tiene precio, y en buen y mal sentido de la expresión.

¿Sabes? También pienso en el futuro, pero no en el futuro al corto plazo, es decir, no hablo de un futuro que pasará la próxima semana, aunque con las cosas que me pasan un día parece incluso más largo que un siglo. De hecho, me asusta estar casada con Marcel porque es alguien que me hace feliz. Si recapitulamos mi vida notaras que no soy de ese tipo de personas a las que "todo" les sale bien en la vida. Supongo, que debe ser cierto lo que decía mi padre: "Donde hay felicidad posiblemente antes hubo mucha tristeza". Y eso puede ser tan cierto, quiero decir...uno realmente entiende lo que es la felicidad después de pasarlo tan mal.

Lo sabré yo.

─Estamos casados. No puedo creerlo─ Marcel dijo caminando hacia el balcón que da con el jardín.

¿No me digas que te estas arrepintiendo? ¡Te demando! ¡Yo no voy a renunciar a Disnerolandia! ¡Al viaje a Disney! ¡Perdón! ¡A nuestro amor!

─ Es extraño─ le contesté mientras doy pasos hasta quedar junto a él─ ¿Sabes? Siento que todo esto ha sido muy extraño. Ya sabes, como nos conocimos, los problemas, pero no puedo negar algo...

— ¿Qué cosa?

—Que haya sido de esa manera.

Marcel me está mirando con atención. A veces me pone nerviosa que sus ojos se ven tan azules, es como si pudiese saber lo que estoy pensando todo el tiempo—. A mí también. Te debo mucho, Clara. Me devolviste las ganas de seguir adelante.

¿Me está dando el crédito?

¿Me está dando el crédito y no de una tarjeta?

¿Acaso voy a morir?

Lo único que falta es que yo termine teniendo un infarto antes que mi suegro.

─No ha sido nada─ negué con la cabeza─, también te debo mucho. Ahora que estamos casados creo que no hace falta sacarlo a relucir. De ahora en adelante somos como un equipo. No pasa nada.