Capítulo 78| El obsequio perfecto, una parrillada y una señal divina

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Marcel esta emocionado.

SÍ, esta TAN emocionado que se ha puesto a practicar todas sus posibles frases y expresiones de sorpresa para el "momento". De verdad, que este hombre me sorprende. Supongo, que debe de ser cierto eso de que el amor cambia a las personas. O, al menos intenta cambiarlas (en el caso de Marcel).

─ ¿Un regalo? ¡Qué sorpresa! No pensé que lo recordarías─ Marcel dice en voz alta mientras practica frente a su espejo─. No, no puedo decirle eso. Es darle mucha confianza. Mi casera no se merece tanta confianza.

Parece que confesarme sus sentimientos no tiene nada que ver con "darme su confianza".

Marcel resopló lanzando más frases─. Lo recordaste. Era lo mínimo que podías hacer. Te pago por vivir en mi casa. Siempre tan estúpida.

Sin duda ese es Marcel.

Marcel reflexionó de lo más orgulloso─. Me gusta. Es claro, significativo y tiene mi sello personal. Venga, que quizás debo insertar una sonrisa después de decir "Lo recordaste". Pero, el resto es perfecto.

─ ¿Estas bromeando? ─ Gerard suspiró decepcionado.

Él ha estado en la habitación todo este tiempo.

No lo he nombrado para sorprendente.

─ ¿Qué quieres decir con eso? ─Marcel le cuestionó indignado─. Soy un millonario, guapo y genial. Estoy seguro que Clara lo apreciaría.

¿De dónde sacó algo como eso?

─ ¿Realmente crees que ella apreciaría eso? No lo creo.

─ ¿Y qué puedo decirle según tu perspectiva?

─Gracias ─ le contesta para luego agregar─. También te deseo un feliz cumpleaños.

─Siempre me dices cosas para que haga el tonto. ¿Por qué voy a felicitarle si es mi cumpleaños?

¿Por qué es tan autorreferencial?

─Porque también es su cumpleaños─ Gerard resopló―. ¿No lo sabes?

─ ¿Por qué nunca lo mencionaste?― Marcel parecía estar ofendido.

Esa no es una obligación de tu primo.

No es obligación de nadie.

─Pensé que lo sabías.

― No lo sabía. Debías decírmelo aunque lo supiera.

― Escucha― Gerard dijo, buscando la atención de su primo―. Si vas a tener esa actitud no pienso ayudarte.

─ ¿Y quién te ha pedido ayuda? ¿Piensas que a mi edad soy incapaz de solucionar mis propios problemas?

─Si. Pero, me alegra que decidas hacerlo por tu cuenta─ Gerard le contestó, poniéndose de pie.

¿A que no adivinas que paso?

Marcel se lanzó sobre su pierna derecha cual niño pequeño─. No puedo hacerlo por mi cuenta. Dime, ¿Qué puedo hacer? Tú siempre tienes la solución para todo.

─Eres tonto, eh.

―Tú le caes mejor que yo.

Es bueno que hayas asumido eso.

―Tienes que ser amable― Gerard enfatizó―. Piensa en un buen regalo para ella.

¿Un buen regalo?

¿Cómo cazar a un millonario?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora