Capítulo 57| Un accidente, una declaración y una advertencia

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Estoy en el hospital.

He tenido un accidente.

Hemos tenido un accidente.

No estoy sola.

Laia, Toni y Abril están conmigo.

¿Cómo acabamos en esta situación?

Marcel me dio el día libre.

¿Por qué?

No lo sé.

Solo me dijo: "Hoy no quiero ver tu cara en el consultorio"

Y a un riesgo de que cambie de opinión no le pregunté nada.

No me molesta limpiar las cortinas del consultorio nueve veces cada mañana. Sin embargo, todos merecemos un descanso de vez en cuando.

En fin.

Quedarme en la casa me permitió tener una entrevista con la profesora de Toni.

Nada grave.

Solo quería comentarme sus logros.

Dice que es muy listo.

Demasiado para su edad.

No me sorprende.

Toni empezó a hablar muy rápido.

¿Dónde entran Laia y Abril?

Abril fue nombrada como la "organizadora" de la boda de Valentì y Laia. No es como que ella se haya ofrecido sino que la madre de Marcel y su suegra se lo pidieron en vista que la cuñada de Marcel todavía no puede asimilar todo el asunto. El hermano de Marcel como que ya lo está comprendiendo. Sin embargo, Gretchen todavía está en ese proceso de aceptación.

No la culpo.

No era lo que quería para su hijo.

Pero, no es el fin del mundo.

Pudo haber sido peor.

Eso suena desconcertante pero no lo es.

Es resignación.

Resignación positiva.

En fin.

Conversando Abril dijo que podía llevarme al instituto.

Yo le dije que sí.

Marcel dice que soy especial y está enamorado de mí. Pero, no deja usar uno de sus autos o me ha puesto un chofer. ¿Qué clase de amor es? Él debería tirar la casa por la ventana.

No viene al caso.

Solo estoy hablando de más.

Abril me llevó e incluso fue muy amable al esperar que charle con la profesora.

Ella es muy amable.

Eso me hace sentir un poco mal.

Digo, todavía creo que Gerard es el hombre más hermoso y a caliente del mundo.

Sí, dije que lo superaría.

Pero, no especifique cuando.

Estoy tomándome mi tiempo.

¿Dónde me quedé?

Abril y Laia nos esperaron estacionamiento.

Yo le dije a Abril que regresaríamos en metro.

Ella insistió y nos invitó a comer.

¿Cómo pude negarme?

Laia no dijo nada.

¿Cómo cazar a un millonario?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora