Capítulo 101| Un reencuentro, el arte de convencer y un nuevo escandalo

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Hola, chicos y chicas :)

Primera actualización de este año. Espero que hayan pasado una buenas fiestas y todos se encuentren muy bien de salud. Yo he estado luchando un poco con las vacunas pero estoy bastante mejor.  Este capitulo tiene bastante tiempo porque lo había escrito literal el año pasado pero entre idas y vueltas pensé que lo perdí en una de las tantas veces que dejé el ordenador a su suerte. Me frustré bastante y no quería reescribir todo de nuevo porque sentí que no sería lo mismo. Entonces, me tomé un descando, cuando se me pasó el coraje lo busqué hasta dar con al menos una pequeña parte del documento que perdí. Ahí pase a otra fase de estar enojada pero con una cuarta parte de lo que escribí y fue hasta hace poco que lo pude terminar con todos los detalles que logré recordar.

Nos leemos pronto. 

Ya cada vez queda menos para el final.

Faltan como 20 capitulos pero en retrospectiva es bastante poco.

Gracias por estar siempre :)


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El drama llegó para quedarse.

Vale, el drama siempre está presente en mi vida. Supongo, que las personas como vidas dramáticas como la mía atraen familias dramáticas como las de Marcel.

¿Cómo esta Gretchen?

Enojada.

Muy enojada.

¿La comprendo?

En este caso puedo decir que la llego a comprender un poco. Es decir, Adrià no está ayudando en lo absoluto con la causa. No ha regresado a la casa y no se digna a tener una conversación con ella a menos que le ofrezca una disculpa a Gema. Y, como sabes de sobra "decir lo siento" no parece estar muy incorporado en el vocabulario de la familia. Tal vez estoy siendo un poco injusta pero creo con firmeza que él debería ceder y arreglar las cosas y no esperar a que su madre ceda. Las madres no ceden. La suya no es del tipo de madre que cedería solo porque sí. Mierda, que la mujer es abogada. Ella es del tipo que no cedería si cree que tiene la razón. Supongo, que eso fue lo que Adrià heredó de su madre. Su padre parece estar aceptando mejor la situación. O, en todo caso está liando con el problema de Valentì; que no es poca cosa.

¿Qué he hecho por la situación?

¿Recuerdas que le prometí a Gema llevarla al hotel?

Lo hice.

Lo hice durante las últimas dos semanas. No sé si estoy en lo correcto. Es decir, le consejo que se separen pero al mismo tiempo también la permito visitarlo. No tiene sentido pero no he tomado una decisión o una medida definitiva. ¿Honestamente? A mí no me afecta que ambos se gusten. Vale, me afecta por la familia. Pero, si elimino el factor familiar no me afecta, y hasta puedo llegar a aceptar que Adrià es una buena influencia para Gema. No lo digo porque tiene dinero. Lo digo porque la ha ayudado a superarse a sí misma en muchas cosas. ¿Cómo puedes odiar a una persona que es una buena influencia? No puedo hacer eso. Pero, tampoco sé muy bien que debo hacer porque no quiero causar más problemas. Entonces, me veo a mi misma una vez más acompañando a Gema al hotel. Definitivamente estoy perdiendo la poca autoridad que he conseguido durante estos años de crianza o solo me he rendido. Porque todos alguna vez nos rendimos sobre alguna cosa. O, quizás, solo quizás nos volvemos menos exigentes.

― ¿Estas bien?― Gema me preguntó, al verme caer sobre el gran sillón de la especie de oficina o lugar privado que tiene Marcel en el hotel. Por cierto, ¿Cómo puede preguntarme eso? No estoy bien. Nada está bien desde que decidieron que la noche de mi proposición también sea el de los secretos familiares.

¿Cómo cazar a un millonario?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora