Ad Originem Capítulo 1 - La Nada & El Origen

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-La Nada & El Origen-



     Es difícil imaginar la Nada. Cuando lo hago, me viene a la mente un espacio vacío, con una enorme vorágine oscura. Con pedazos de roca que flotan, vagando a ninguna parte. Incluso alguna de las rocas, llevaba consigo un árbol seco, marchito...

Lo cierto, es que la Nada no puede albergar absolutamente nada en su interior. No puede haber ninguna roca, porque en su interior no existe ningún tipo de materia. Ni siquiera existe espacio en el que existir la materia. Qué decir, de la posibilidad de hallar un árbol...

La Nada, es la ausencia de todo y todo, era La Nada.

No se sabe desde cuando todo era la Nada, aunque se sabe que esto fue así hasta hace aproximadamente unos quince mil millones de años.

A partir de cierto punto difícil de determinar, hubo un repentino cambio en la Nada. No está claro cómo, pero la Nada adquirió consciencia y dicha consciencia, fue denominada el Origen.

Esta anomalía se considera incomprensible. Pues en la Nada ni siquiera había un espacio en el que pudiera manifestarse algún tipo de energía o materia.

Por lo que para lograr existir, el Origen se desarrolló como un todo compuesto de energía y de Atributos Primigenios y Primordiales, unificados en un solo ser que reflejaba una infinidad de hermosos destellos de distintos tonos de colores.

Siendo este todo, absolutamente contrario a lo que era la Nada y que contradecía descaradamente su naturaleza.

El Origen, entendió su existencia como una evolución de la Nada e interpretó, que debía llevar dicha evolución a cada rincón de la misma.

Por el contrario, en la Nada había surgido una anomalía que podía ser comparable a un virus o un parásito que intentaba corromper su naturaleza y al que había que erradicar.

La diferencia de extensión entre ambos era abismal. Mas, aun cuando en volumen no eran comparables, el Origen estaba dotado de un tímido pero intenso poder.

Un poder que no solo había conseguido surgir en la Nada, el lugar menos indicado y más hostil para cualquier tipo de existencia, sino que este poder era tan firme y estable, que no cedía en su empeño por evitar que la Nada avanzara y lo devorara.

Era perfectamente capaz de mantenerla a raya.

Por mucho que la Nada intentaba su avance, chocaba permanentemente con el constante e inagotable poder que envolvía al Origen sin ningún éxito.

No obstante, mantener su presencia en la Nada evitando ser engullido y erradicado, solo sería el principio de su existencia.

El poder del Origen crecía más rápido que la energía que utilizaba en contener a la Nada. Por lo que se consideraba una certeza, que su existencia prevalecería.

Pasaron cientos y miles de millones de años y el Origen, permaneció todo ese tiempo estático, fortaleciéndose en algún rincón de aquella gigantesca Nada y poco a poco iba haciéndose más grande y más poderoso.

Sería solo cuestión de tiempo que se hiciera con la totalidad de la Nada.

Aunque su desarrollo, se antojaba demasiado lento. Debido a que la Nada, era ridículamente inmensa.

Tardaría toda una eternidad.

Sin embargo, el Origen tenía clarísimo que sin importar cuánto tiempo tardase en conseguirlo, debía cumplir su objetivo. Dado que, por algún motivo él surgió en La Nada.

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