-Amia e Ibeli vuelven a la Villa-
De vuelta a la Villa, ambas chicas iban charlando y conociéndose un poco.
Era un largo camino hasta sus casas, por lo que todo ese tiempo, dio para varias conversaciones con las que conocerse un poco.
Cada una contaba cosas que le habían pasado en su vida. Cosas felices, cosas tristes...
La Joven Señorita Cieloazul Ibeli, estuvo explicándole a la Joven Señorita Cienfuegos Amia su situación familiar y que Arin, desde el inicio la apoyó y la ayudó a mejorar.
Cienfuegos Amia, estaba muy molesta con la actitud de la familia de Cieloazul Ibeli, hacia ella.
No tragaba a la Familia Noble Cieloazul por diversos motivos, pero esto era extremadamente mezquino incluso para los Nobles Cieloazul.
Cieloazul Ibeli no era como ellos, de eso no tenía dudas. Incluso la agradaba su forma de ser. Era una luchadora, que no perdía sus valores por el camino.
Ibeli, ya estaba acostumbrada, a ser tratada con desprecio por su familia. En cambio, no por estar acostumbrada lo llevaba mejor.
Durante mucho tiempo, solo quiso dejar de ser la inútil basura de la familia y reclamar su sitio. Por eso, entrenaba duro todos los días.
Solo que desde que conoció a Arin y encontró en él un verdadero apoyo, ya no buscaba hacerse fuerte para contentar a su familia y ser aceptada por ellos. Ella quería hacerse fuerte y hacerse valer, ante los ojos de Arin.
Él apostaba por ella sin esperar nada a cambio y eso fue un gesto, que encendió una llama en ella. Y mientras esa llama siguiera viva, haría todo lo posible por corresponder a quien cambio su vida.
Las chicas poco a poco se iban haciendo más cercanas.
Ambas tenían ganas de preguntarle a la otra por Arin, pero ninguna sacó el tema.
Quizá en sus adentros, notaban que más que ser algo que pudiera acercarlas y afianzar su nueva amistad, podría suceder el efecto contrario y alejarse, entrando en una situación incómoda.
Al llegar a la villa, ambas se despidieron.
No sería bueno que después de lo ocurrido las vieran juntas. No obstante, las se lo tomaban con humor.
Era como si estuvieran haciendo una travesura al entablar una amistad.
La Joven Señorita Cienfuegos Amia fue hacia el norte de la Villa, donde se encontraba la finca de la Familia Noble Cienfuegos.
Esta finca, era como una aldea de grande. De hecho, era más grande que la Aldea del Acantilado donde vivía Arin.
Tenía una gran mansión principal, junto con tres mansiones más pequeñas y al menos una decena de casas.
Tenía amplias calles que llevaban a cada una de las mansiones y todo estaba ajardinado y lleno de árboles. Teniendo en la plaza principal una gran fuente y bancos de piedra para sentarse.
La Mansión principal, la más grande, era la residencia del Líder de la Familia Noble Cienfuegos, el Noble Magistrado Cienfuegos Aravo.
Padre, del Noble Rector Cienfuegos Aius y abuelo de la Joven Señorita Cienfuegos Amia.
Este era un hombre de 128 años, de dos metros con nueve centímetros, de largo cabello rubio, barba corta y ojos color azul.
Era un Espiritualista Inquisidor de Cuarto Orden Etapa 3 y bajo su gestión, la Familia Noble Cienfuegos, alcanzó el estatus de Familia Noble.
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Ad Originem
FantasiAd Originem, comienza cuando sólo existía La Nada y en medio de esta, surge El Origen de Todo. Con la consecuente creación del Universo, los Dioses que lo rigen y las Razas que comenzaron a poblarlo, hasta llegar a los Seres Humanos. Después de cono...