Ad Originem Capítulo 145 - Dominando la Fuente de Poder Psíquica

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-Dominando la Fuente de Poder Psíquica-



     Tras terminar de fabricar los Octógonos de Cultivo Afines, ya todos tenía su sitio para Cultivar Poder y se lo podían llevar a cualquier lado dentro de su Runa de Espacio.

Ya solo les faltaban las Runas Etéricas para estar al día con todas las mejoras de Cultivo de Poder.

Y ante la insistencia general reiterada, del Armorum Purpura (Equipo Púrpura) y del Armorum Caelesti (Equipo Celeste), Arin decidió establecer una 'Comunicación Mental' con Lluviaestelar Korbis, para que les informaran cuando volverían de la forja.

El Poder Psíquico de Arin había mejorado bastante en todo este tiempo.

Ya que este, se estuvo dedicando diariamente a potenciar sus habilidades desde lo más básico, forzando su poder una y otra vez sin descanso.

Actualmente, Arin tenía un gran 'Radio de Captación' y llegaba perfectamente hasta la Villa Fortaleza.

Incluso si se lo propusiera, usando el Elixir Psíquico es posible que pudiera abarcar todo el Valle.

Este estableció una 'Comunicación Mental' con Lluviaestelar Korbis, que le contestó que no fueran tan pesados y que llegarían más tarde.

Ya que, en efecto, habían terminado de hacer las Runas Etéricas.

Es solo que querían aprovechar para comenzar con los Vasallos Rúnicos. Al menos, querían ir empezando a hacer los moldes.

Por lo que, a su pesar, no les quedaba otra que esperar a que decidieran volver.

Todos los chicos estuvieron ocupados cultivando Poder Espiritual, entrenando el combate, aprendiendo técnicas de sus Atributos Elementales o desarrollando sus Artes Psíquicas.

Para cuando se quisieron dar cuenta, el Joven Señorito Pluviam Rao y Lluviaestelar Korbis, ya volvían de la forja.

Trayendo consigo, todas las Runas Etéricas.

- Por fin llegáis. No veas si habéis tardado en volver, me has tenido abandonada todo el día...
Replicaba la Joven Dama Supernova Aiuni al Joven Señorito Pluviam Rao, poniendo morritos con voz de niña buena.

- Ya... bueno... Pero hemos traído todas las Runas Etéricas. ¿A que eso te complace?
Respondió Pluviam Rao sonriente, ofreciéndole una Runa Etérica, con una pequeña alborita tallada, con el símbolo omega, con unas alas.

Idénticas a las del Equipo Omega.

- ¡Hump...! Por esta vez te perdono.
Supernova Aiuni quería mostrarse un poco molesta.

Sin embargo, tenía tantas ganas de tener su Runa Etérica que no pudo evitar esbozar una gran sonrisa y rápidamente le quitó la runa de sus manos y le dio un abrazo.

O al menos eso intentó, porque a Pluviam Rao no le gustaba el contacto físico con otras personas y bloqueaba como podía los intentos de Aiuni.

- Ya podéis agradecer a Korbis y su familia. No me han dejado pagar nada por ellas. Su padre dijo que Korbis ya se había hecho cargo de los gastos.
Indicó Pluviam Rao a sus amigos del Valle de los Tres Cauces y todos sin excepción se acercaron a él y le agradecían efusivamente.

Sabiendo lo que podría llegar a costar un Artefacto Rúnico de ese calibre.

Algunos le dieron hasta abrazos e incluso se llevó un beso de la comúnmente desvergonzada Joven Dama Supernova Atori.

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