Ad Originem Capítulo 79 - Formando un Equipo

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-Formando un Equipo-



     Llegó el viernes y Arin se levantó pronto, desayunó, se aseó y se fue a ver a Alana.

Al entrar en el almacén, la loba giró la cabeza y al verle, se puso a mover la colita, pero la alegría le duró unos segundos y volvía a ponerse a dormir.

Arin recordó lo que le dijo Cieloazul Ibeli, de que era un cerdo por dejar que la lobita hiciera sus cosas en el almacén y de que debía hacerse responsable y de educarla.

Por lo que la cogió en brazos y la sacó para que hiciera sus necesidades fuera del almacén.

Lo cierto es que según salió, orinó un poco y después, se puso a olisquear todo.

Arin mientras, regó su huerto mientras se comía una manzana de las que daba su manzano y después, fue dentro de la casa.

Alana, al ver que se iba, le siguió lo más rápido que pudo, metiéndose en la casa detrás de él.

Arin preparó una papilla de cereales y cuando salió, vio que Alana estaba soltando un "choricillo" en la entrada.

- ¡Aaaaaaagh...!
Arin tiró la papilla al aire, manipulándola mentalmente para que no cayera y rápidamente cogió a Alana, mientras el "choricillo" aún colgaba y pudo ponerla en el suelo de la calle, antes de que cayera.

- La caca aquí, en la calle.
Indicó Arin aliviado, por no tener que limpiar una caca del suelo de la casa a esas horas.

Arin fue al almacén y luego fue a por agua fresca y la lobita, como si de su sombra se tratara, fue detrás de él, interceptándolo y subiéndose encima cada vez que tenía ocasión.

Lo cierto es que era muy graciosa, pero Arin no tenía tiempo para jugar con ella.

Rellenó su cuenco con el agua del pozo y de nuevo fue al almacén para dejarla al lado del comedero.

Alana rápidamente se puso a beber y acto seguido se puso a comer. Dado que todo estaba en orden, Arin cerró el almacén y se dirigió a la institución, pensando que, debía incluir esto en su rutina y también debía empezar a incluir en esa rutina el ejercicio.

Al llegar a la institución, vio a la Joven Señorita Cienfuegos Amia, sentada en uno de los bancos de los jardines del recinto, que le hacía señas con la mano, acompañada de Milhojas Neitin y Lagoscuro Stena.

Arin iba a su encuentro, pero fue interceptado por Lluviaestelar Korbis.

- ¿Qué tal Arin? Me han dicho que tuviste pelea el miércoles...
Dijo riendo Lluviaestelar Korbis.
... Con Vientofurioso Caciro y Cieloazul Vecco. ¿No?

- Sí, parece ser, que no soy muy popular que digamos.
Contesto Arin, medio riendo.

- Jajaja, como si tuviera que importarnos la popularidad. Si tienes cualquier problema, cuenta conmigo sin dudarlo, sea quien sea. Aunque por lo visto les diste una buena curra, jajaja...
Reía Lluviaestelar Korbis.

- Pues entonces, supongo que puedo contar contigo para la Misión del Lago, a la que me he apuntado.
Dijo Arin sonriente.

- Voy volando.
Afirmó Lluviaestelar Korbis despidiéndose con la mano, mientras corría hacia el Gremio Arnori.

Arin se alegró mucho de que Lluviaestelar Korbis quisiera unirse a la misión. Se sentía cómodo trabajando con él.

Las dos veces que habían trabajado juntos, hizo un buen trabajo y se ganó su confianza.

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