Ad Originem Capítulo 111 - La Alianza de los Valles

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-La Alianza de los Valles-



     En el Castillo de la Gran Familia Noble Supernova, había una importante reunión. La tercera desde que comenzó la confluencia de familias de este año.

La Gran Familia Noble Supernova, presidía las reuniones, a las que asistieron los miembros principales, de la Alianza de los Valles.

Compuestos por el Valle Fortaleza, el Valle de los Tres Cauces y al Valle Reflejo.

Las familias representadas comenzando por el Valle Fortaleza, eran la Familia Noble Cienfuegos, en consenso con la Familia Noble Cieloazul, la Familia Baluarte Rojo, la Familia Vientofurioso, la Familia Lagoscuro, la Familia Vallermoso y la Familia Terranova.

Del Valle de los Tres Cauces, estaba la familia regente que era la Gran Familia Noble Supernova, en consenso, con la Familia Noble Flamma, la Familia Noble Impetus, la Familia Noble Pluviam y la Familia Noble Arenae.

Y del Valle Reflejo, La Gran Familia Noble Belmare y la Gran Familia Noble Casanova.

El tema a tratar, eran los problemas que arrastraban por culpa de la República Abrupta.

La enemistada República Abrupta, surgió a raíz de la unión de dos ciudades y dos villas del antiguo Páramo Central, con toda su extensión.

Se cuenta que todo comenzó cuando la Ciudad de los Olivos, controlada por la Gran Familia Noble Ull de Falcó (Ojo de Halcón) y la Ciudad Mina de Plata, controlada por la Gran Familia Noble Zezen Adarra (Cuerno de Toro), se negaron a seguir pagando el tributo a la Gran Familia Noble Aullido de Lobo.

Esta era la misma familia que regentaba todo el Páramo Central, una de las cuatro zonas del Continente Abrupto y la más grande de ellas en extensión.

Y fue la Gran Familia Noble Aullido de Lobo la que muchas décadas atrás había impulsado a ambas familias, hasta llegar a ser también una Gran Familia Noble.

Sin embargo, estas dos familias, no se negaban a pagar el tributo correspondiente al Reino Abrupto. Al que tributaban todas las ciudades, villas, pueblos y aldeas que pertenecían al Reino, sin excepción.

Como el pago de tributos se ajustaba a los ingresos, normalmente no era un problema poder pagar el tributo al reino y los territorios más necesitados se beneficiaban recibiendo ayudas de los impuestos recaudados.

Por lo que casi siempre, el problema llegaba cuando una familia que regía una aldea, pueblo, villa, ciudad o reino, había llegado al poder siendo vasalla de otra familia.

Algo que solía suceder en la mayoría de los casos.

Y si dicha familia también era codiciosa y ambiciosa, las cosas solo podían ir a peor para los ciudadanos del lugar.

En el caso de la Ciudad de los Olivos y la Ciudad Mina de Plata, para poder pagar los tributos al Reino Abrupto, también a la familia que le había elevado al poder y por supuesto, para llenar sus propios bolsillos, fueron drenando los bolsillos de la población.

Con cada vez más y más impuestos y cuanto más dio la población, más siguieron pidiendo.

Esto provocó, el malestar general de la población que se veían incapaces de afrontar el pago de tantos impuestos y tan abusivos.

Al final, se alzaron exigiendo un serio recorte de dichos impuestos o un cambio de poder en la Ciudad Mina de Plata y que no mucho después comenzó a ocurrir en la Ciudad de los Olivos.

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