Ad Originem Capítulo 65 - Ibeli y el Ritual de Práctica

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-Ibeli y el Ritual de Práctica-



     La Joven Señorita Cieloazul Ibeli sonrió antes de contestar.

- Pues mira, creo que le queda muy bien el nombre. Me gusta mucho.
Respondió Cieloazul Ibeli, enamorada de la adorable lobita.

- Pues así te vas a llamar. Alana. ¿Te gusta tu nombre?
Dijo Arin, que también pensaba que le quedaba genial.

Alana, ladeaba la cabeza extrañada, no les entendía, pero movía su colita, en señal de que fuera lo que fuera lo que hablaran, ella estaba contenta.

- Claro que le gusta, mira cómo mueve la colita contenta.
Afirmó Cieloazul Ibeli mientras le rascaba detrás de las orejas.

Alana por su parte, no tenía ni la más mínima idea de lo que estaban hablando, solo que estaba feliz y le daba lengüetazos en la mano para demostrarlo.

- Veo que os vais a llevar muy bien... Bueno, no perdamos más tiempo, vamos al Laboratorio de Alquimia...
Indicó Arin que cogió a la lobita y la puso de nuevo en la camita que le había preparado, diciéndola:
... Alana, quédate aquí y pórtate bien. No rompas nada. ¿De acuerdo?

Alana le miró con desconcierto. ¿Por qué la metía de nuevo en la cama si justo en ese momento estaba disfrutando de un muy agradable rascamiento de orejas?

"Humano corta rollos, lo voy a morder todo en cuanto salgas de aquí"
O algo así sería lo que estaba pensando la cachorra, pero para que no se olieran sus planes, movía la colita de un lado a otro.

Como si estuviera contenta...

Arin y Cieloazul Ibeli salieron del almacén y fueron al laboratorio de alquimia. Al pasar por el huerto, Cieloazul Ibeli vio que este tenía frutas, verduras y varias plantas y hierbas extrañas.

Arin se metió por el caminito oculto entre la vegetación y Cieloazul Ibeli lo siguió sin saber realmente a dónde le llevaría ese caminito, hasta que llegaron al laboratorio de alquimia "secreto".

- Chico, que escondido está tu Laboratorio. ¿No será que eres un científico loco y experimentas con gente en secreto?
Preguntó riendo Cieloazul Ibeli, metiéndose un poco con Arin,

- Me has pillado. Justo tú eres mi víctima número 69. Ven, pasa, pasa, jovencita... Muahaha.
Reía Arin maliciosamente.

- Eso no ha sonado gracioso, ha sido siniestro...
Balbuceó Cieloazul Ibeli parándose en la puerta.

Ahora no se atrevía a entrar.

- Lees demasiados libros...
Indicó Arin, después de pasarle un dedo por la columna, provocándole un escalofrío a Cieloazul Ibeli.

- ¡AAAAH...! Arin, pedazo de idiota, me has asustado. Mira, tengo la piel de gallina.
Refunfuñó Cieloazul Ibeli, mientras golpeaba a Arin.

- Solo es un laboratorio de alquimia y está escondido porque tengo un montón de estudios únicos y algunos artilugios especiales que me ha costado mucho conseguir, o fabricar. Es mejor prevenir que curar... Venga anda, pasa de una vez.
Explicó Arin, mientras agarraba a la Joven Señorita Cieloazul Ibeli de las manos para que no siguiera golpeándole.

- ¡Mn...!
Afirmó Cieloazul Ibeli tímidamente, pues Arin le estaba cogiendo de las manos y claramente estaba avergonzada. Incluso su muy blanca piel se comenzó a tornar roja, pero no quería voltearse para que Arin no la viera, porque este la estaba agarrando de las muñecas y cada vez se estaba poniendo más nerviosa.
... Suéltame ya, idiota...

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