Ad Originem Capítulo 38 - El Director del Herbolario

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-El Director del Herbolario-



     Arin cogió sus semillas, agradeció al boticario y ambos chicos se despidieron de él.

- Arin, ven conmigo, vayamos al Laboratorio Alquímico.
Dijo Vallermoso Silene, mientras volvía a cogerle del brazo sin esperar respuesta.

- Claro...
Dijo Arin, como si importara su opinión, el cual volvía a ser arrastrado por Vallermoso Silene por las escaleras de caracol.
... ¿Y por qué al Laboratorio Alquímico?
Le preguntó extrañado, pues ya tenían las semillas.

- Es dónde está el despacho del abuelo. Él, aún no ha catalogado la hierba estigma cian. Por lo tanto, tiene algunas plantas y las semillas en el despacho, hasta que termine de investigar sus cualidades. Pero no te preocupes, ya me ha dado el visto bueno para darte unas pocas.
Contestó Vallermoso Silene.

- ¡Oh! De acuerdo Silene. Siento ser una molestia.
Se disculpó Arin con una sonrisa. 

- Vamos, ni lo menciones.
Dijo Vallermoso Silene, mientras le sacaba la lengua a Arin.

Los chicos subieron las escaleras hasta llegar a la cuarta planta. Recorrieron el pasillo y a la derecha estaba el Laboratorio.

Una vez dentro, se dirigieron a una puerta dentro de este, que es donde estaba el despacho.

Vallermoso Silene dio unos toques a la puerta, que estaba entreabierta. Señal de que el Director no estaba reunido.

- ¡Adelante!
Indicó una voz grave y un poco ronca.

Arin y Vallermoso Silene entraron al Despacho del director del Herbolario.

Este era un anciano, con cabello largo y ondulado y barba de color blanco y grisáceo. Llevaba una elegante túnica de Alquimista color verde claro y un sombrero picudo.

- ¡¡Abuelooo...!!
Exclamó muy sonriente Vallermoso Silene.
... Vengo con el chico que quiere adquirir las semillas de hierba estigma cian.

- Buenos días joven, soy Vallermoso Laureano. Es un placer conocerte.
Se presentó el anciano dueño del establecimiento.

- Yo soy Arin, el placer es mío.
Respondió este sonriendo.

- Dígame, joven Arin. Por casualidad, ¿sabe usted el uso que tiene pensado darle su familia a la hierba estigma cian y el resto de las plantas de las semillas que ha solicitado?
Preguntó Vallermoso Laureano rascándose la barba, pensando en que esas plantas eran bastante especiales y caras.

Por lo que era obvio que las fórmulas que elaborarían con ellas no debían ser cualquier cosa y por ende, sentía mucha curiosidad.

- Señor Vallermoso Laureano, no es para mi familia, es para mí...
Respondió Arin algo desanimado por no ser tomado en cuenta. 

- Así que es para usted... ¿Qué piensa hacer con esas hierbas y plantas joven Arin? Si tiene intención de producir la hierba estigma cian para venderla, creo que no le servirá de mucho.
No hay muchas personas que sepan de los usos de esta hierba. de hecho, ni yo mismo sé todo lo que se puede hacer con esta hierba. Es muy cara porque no hay mucha por aquí. Pero sobre todo nadie la compra porque nadie sabe darle un uso que justifique su precio. Venderla es complicado. ¿Acaso usted comprende alguno de sus usos?
Vallermoso Laureano se sorprendió al escuchar que eran para él y su curiosidad se había acrecentado a pasos agigantados.

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