Ad Originem Capítulo 151 - Ibeli recibe una esperanzadora visita

56 28 1
                                    



-Ibeli recibe una esperanzadora visita-



     Las mellizas Supernova, ya tenían confianza suficiente con la Noble Cieloazul Udali y esta, sacaba todo tipo de comidas exóticas y vinos extremadamente caros, para tenerlas bien contentas.

Incluso tenía a unos sirvientes, tocando suaves melodías de instrumentos de viento. Creando un ambiente bastante agradable para conversar.

- Sin duda este vino, merece mis respetos. Me encanta su aroma a roble...
Elogió la Joven Dama Supernova Aiuni, con los mofletes algo colorados, de tanto probar vinos.

- Toda la razón hermana. La familia de Ibeli, sí que tiene clase. Hacía tiempo, que no probaba un vino así.
Dijo la Joven Dama Supernova Atori, dejando caer el nombre de la Joven Señorita Cieloazul Ibeli, después de un buen rato sin nombrarla.

- ¡Uy, hablando de Ibeli...! Nosotras aquí de charla y tomando vinos y ni la hemos visto aún... ¿No la han mandado llamar?
Preguntó Supernova Aiuni, haciéndose la extrañada.

- Eh... Creo que no se encontraba muy bien. Pero... mandaré a alguien a buscarla de nuevo.
Aseguró la Noble Cieloazul Udali, haciendo una seña a su jefa de criados, que parecía querer decir que fueran inmediatamente a buscarla, pero el gesto que hizo al final, delató que no tenía ninguna intención de que fueran a avisarla.

- ¿Se encuentra mal? Dígame dónde está su habitación. Nadie deja tirada a la Joven Dama Supernova Atori.
Dijo esta, demostrando que también sabía jugar sucio y sin esperar respuesta, se puso delante de la jefa de sirvientes.

La jefa de sirvientes, era una mujer de sesenta y tres años, un metro sesenta y ocho de altura, cabello castaño y ojos marrones.

Miraba a la Noble Cieloazul Ubeles, esperando su aprobación y esta, tras pensarlo muy rápidamente, hizo un preocupado ademán de consentimiento.

Las mellizas Supernova, habían conseguido su objetivo.

La madre de Cieloazul Ibeli, bajó la guardia un momento, debido a que ya había sido demasiado amable hasta ahora y no tendría sentido romper esa buena onda establecida, negándole a la Joven Dama Supernova Atori el capricho de ir a buscarla personalmente.

Algo que no hubiese tenido el descaro de hacer, sin haber ganado primero cierta confianza.

Aunque tratándose de la desvergonzada peliazul, puede que sí que lo hubiese intentado igual.

Solo que, siguiendo el plan de su melliza pelipúrpura, lo que necesitaban conseguir es que Cieloazul Udali no se negara.

Y así sucedió.

Mientras Supernova Aiuni cambiaba de tema y se disponía a entretener a la Noble Cieloazul Udali, Supernova Atori siguió a la jefa de sirvientes, cogiendo su capa del perchero y poniéndosela acicalándose un poco disimuladamente, hasta llegar a la habitación de Cieloazul Ibeli.

La cual, estaba custodiada, por el Guardia Cieloazul que acompañó a Ibeli después de la reunión.

- Señorita Cieloazul Ibeli, ¿está usted visible?
Preguntó la jefa de sirvientes.

- ¡Noooo!
Respondió Cieloazul Ibeli tajante, desde el otro lado de la puerta.

- No se preocupe, a partir de aquí, ya puedo encargarme yo sola. Ha sido usted muy amable por acompañarme, muchas gracias.
Dijo Supernova Atori con gesto sonriente, despidiendo con poco o nada de sutileza a la mujer.

Ad OriginemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora