F i f t y t w o

17.2K 1.7K 249
                                        

≫ ─────── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ─────── ≪

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

≫ ─────── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ─────── ≪

Estaba vuelta loca. La cabeza le martilleaba y sabía bien que, de no tener sus anotaciones finales listas, Angela iba a matarla. El montón de papeles y fotografías frente a ella la mareaban y se encontraba agotada de haber trabajado en ello desde que había despertado. Además, ese día era uno de esos en los cuales su mente no estaba de especial humor.

Debía elegir, convertirse en un hada o continuar como mortal.

La graduación se veía tan cerca que su fecha limite autoimpuesta venía con ello. No le había dicho nada ni a su madre ni a Gavril, porque ellos no tenían ni la menor idea de lo que realmente le acongojaba, solo sabían que se encontraba estresada y trataban de ayudar haciendo que incluso sus horarios de entrenamientos fuesen más flexibles.

Ella en más de una ocasión había intentado persuadirla en su elección con respecto a la inmortalidad y la magia. Cuando la escuchaba hablar, le percibía una emoción ante todas esas cosas que se le ocurrían que podrían hacer juntas. A la abogada la idea de poder tener a su hija a su lado el resto de sus días la traía chiflada, como un niño en navidad y, además, la menor al tener esa oportunidad como una de las mejores herederas del hada Morgana, solo conseguía hacer que intentase de todo para convencerla, ardua tarea a la que se le unió incluso Gavril.

Era mucho y no comprendía cómo es que lo consiguió manejar los meses anteriores. El té que tanto le ayudaba dejó de cumplir con su función y lo único con lo que a veces se daba motivación, era con esos cuentos a los que se aferraba para mantener algo de lucidez, tratando con desespero hallar esas respuestas correctas a las incógnitas que rodeaban a su vida.

Echó un largo suspiro pesado, dándole una nueva miradita a las fotografías y les colocaba las correspondientes frases que irían al pie de ellas en el anuario. Actuó en piloto automático en aquella labor; su cerebro solo le daba más vueltas al asunto que la estaba enloqueciendo, eso por no agregar el detalle que más la traía hecha un manojo de nervios.

Jasper.

Dios. Habían transcurrido ya varios meses desde que habían vuelto los Cullen a Forks y aquello le generaba jaqueca. En ocasiones, incluso sentía que quería ser un poco más como Bella, quien no se pensaba mucho las cosas y solo lo hacía. No sabía que era eso, si valentía o demasiada irracionalidad de su parte.

Se enteró poco de lo ocurrido con ella y Edward; tal parecía que volvieron a su relación sin demasiadas cavilaciones y que se habían puesto de acuerdo para tener disgusto por su persona. Bells no ocultaba su desagrado hacia ella, lo cual no le molestaba; a final de cuentas, no se le podía agradar a todos; si acaso lo único que le parecía injusto eran sus motivos que le parecían sin sentido. Por otro lado, estaba el mayor de los hijos Cullen, que la consideraba una entera amenaza y un peligro para su novia, por lo cual la repudiaba.

𝐀𝐧𝐝𝐫𝐨𝐦𝐞𝐝𝐚 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora