𝐀 | ⋆.ೃ࿔ Había algo en Forks que lo volvía el lugar ideal para que millones de secretos se ocultaran.
Quizá era la baja población; tal vez era su silencio y los espesos bosques que rodeaban a la pequeña ciudad. A pesar de que existían múltiples teo...
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No durmió en toda la noche.
A pesar de hallarse agotada y urgida de desconectar del mundo para olvidarse por un rato de lo ocurrido con Victoria, su madre y Jasper, no consiguió hacerlo. Se pasó horas en vela, dando vueltas por la cama, arropada con su edredón mientras se pasaba de un lado a otro llena de frustraciones, todas esas escenas repitiéndose en su mente sin cesar.
Resultaba beneficioso ser un hada en ocasiones como esa. Gracias al cielo parecía renovada, como si hubiese pasado el mejor descanso de su vida cuando en realidad distaba mucho de ello. Desafortunadamente era demasiado pedir que esa tristeza que surcaba en sus ojos desapareciera, así que, para tratar de disimular un poco, se había esmerado en hacerse un lindo maquillaje e hizo ondas en su melena para darse una apariencia brillante y bella.
Ojalá eso fuera suficiente. Al menos quedó satisfecha con el resultado.
—Deséame un buen día —le pidió a Francis con un tonito meloso.
Cerró con cuidado y en silencio prometió volver al final del día. Le resultó perfecto no ver a ninguno de los Cullen en su habitual espacio en el estacionamiento; no se sentía con ánimos de ver a alguno de ellos, lo único que eso generaba es que se sintiera nerviosa porque sabía que Jasper estaría cerca y tras lo ocurrido, no se sentía con la capacidad de poder verlo sin terminar viniéndose abajo.
Solo debía darse un respiro, eso y un bocadillo para conservar un poco la moral. Tal vez un pastelito conseguiría hacer que sus nervios se apaciguaran y que el mal humor se marchara por lo menos un rato.
—¡Hey, Andromeda! —Saludó radiante Angela, haciendo que la aludida pegara un brinco y chocara con su casillero. La mortal arrugó el entrecejo ante su reacción—. ¿Estás bien? Luces... asustada —observó confundida.
El hecho de que actuase como conejo en temporada de caza no era nuevo, eso le había ocurrido al inicio del semestre, como si siempre estuviese siendo acechada. Que ella actuara de esa forma una vez más en ese periodo en donde parecía estar muy tranquila y conforme consigo misma, le pareció anormal.
—Sí —apenas pudo murmurar con una pequeña sonrisa tensa y nerviosa—. Eh, yo quería decirte algo un poco importante —farfulló, jugueteando con la correa de su mochila.
—Claro, claro, pero antes, quería decirte que estoy ¡muy emocionada por la idea de la fiesta en casa de los Cullen! —Exclamó Weber alegre.
Sintió que se desinflaba, todas sus intenciones de hablar con respecto a ello se habían ido al demonio en cuestión de una sola oración. Durante su trasnochar lo consideró mucho, sobre no ir y mejor festejar por su propia cuenta como solían hacer.
—Fue extraño, pero Alice hace un rato dijo que sería como una verdadera fiesta de graduación así que es de gala. Podemos arreglarnos en tu casa y tu madre podría ayudarnos con el maquillaje, ¡¿qué dices?! —Parloteó, tan alucinada con los planes que solo acongojó al hada.
