𝐀 | ⋆.ೃ࿔ Había algo en Forks que lo volvía el lugar ideal para que millones de secretos se ocultaran.
Quizá era la baja población; tal vez era su silencio y los espesos bosques que rodeaban a la pequeña ciudad. A pesar de que existían múltiples teo...
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—¿Qué... ocurre? —Indagó algo confundida al ver a Jasper, Edward y a Bella frente a su puerta por la mañana.
Faltaban dos días para que arribaran los neófitos en Forks y tras decirse a sí misma que cansada no conseguiría estar lista, se dispuso a despertar tarde ese día, lo cual le jugó en contra en vista de las circunstancias. Iba aún en pijama y apenas había alcanzado a lavarse la cara, a cepillarse el pelo y los dientes, mientras que ellos parecían ir radiantes... hasta donde las ojeras de su condición lo permitían.
—Necesitamos tu ayuda... de nuevo —masculló derrotado Cullen, haciendo que la joven hada arrugara el entrecejo.
—¿Justo ahora? —Indagó adormilada y apenada de haber sido atrapada en su comodidad.
—Conoces el bosque mejor que nadie —farfulló con calma Jazz, sonriéndole con cortesía— necesitamos un buen lugar para ocultar a Bella y otro para llevar a cabo la batalla.
Andromeda miró a la susodicha con curiosidad. La morocha se relamió los labios apenada y con timidez le sonrió, avergonzada por tener que molestarla, sobre todo sabiendo las discrepancias que existían. Athenas asintió conforme.
—Claro. Iré a cambiarme, ya vuelvo —masculló.
Los invitó a pasar, mas ninguno de ellos hizo afán por eso. Subió a trompicones para colocarse con rapidez el conjunto que seleccionó para ese día apenas hace unos minutos antes de que llegaran. Se colocó unos cómodos pantalones negros y un top blanco que le sentó bien con sus zapatillas deportivas del mismo color, sabiendo que saldría a explorar y que usar cualquier tipo de tacón le vendría mal.
—Yo iré con Andromeda —determinó Jasper con seguridad apenas la aludida se unió a ellos, tomándola por sorpresa. El otro par guardó silencio, escudriñándolos con algo de duda— buscaremos un punto para la batalla. ¿Te parece bien? —Le preguntó a la joven hada, que asintió aturdida.
—Ah, en cuanto al punto para ocultar a Bella yo recomendaría las montañas, pero tienen que tomar en cuenta que se avecina una tormenta —informó Athenas tensa, ansiosa de que el momento de privacidad llegase.
Edward y Bella aceptaron sin dar demasiados rodeos antes de encaminarse en dirección del auto que se encontraba aparcado junto a Francis, permitiendo que ella y Jasper se quedasen solos. Ambos se miraron por un par de segundos, sus irises destilando la confusión y lo impacientes que se hallaban... antes de voltearse a otras direcciones rápido, aguardando a que el resto se marchara antes de encaminarse ellos a lo suyo.
Se sintió trastabillar, con la respiración acelerada y las palmas sudorosas por los nervios. Se maldijo en silencio y tras asegurarse que ya se encontraban lejos el cobrizo y su pareja, Andy y Jazz emprendieron su marcha.