𝐀 | ⋆.ೃ࿔ Había algo en Forks que lo volvía el lugar ideal para que millones de secretos se ocultaran.
Quizá era la baja población; tal vez era su silencio y los espesos bosques que rodeaban a la pequeña ciudad. A pesar de que existían múltiples teo...
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«Todo va a salir bien, no tienes de que preocuparte» se repetía mentalmente en tanto terminaba de colocar en una maseta una pequeña ramita de una de sus plantas que se pasó toda la mañana eligiendo. Con cuidado de no dañar a su amiga vegetal y de llenar de tierra su ropa, se encaminó a lavarse las manos y darse una última miradita al espejo, cerciorándose de que todo estuviera en orden.
Había seleccionado una falda blanca que le llegaba un poco más arriba de la rodilla de lo que esperaba; enmarcaba bonito su cintura y cubría con la misma delicadeza sus delgados muslos. Sentaba linda con la delicada blusa en un tono durazno que eligió junto a un suéter de lana bastante grande y grueso en color rosa. Además, no se olvidó de seleccionar sus altos botines beige para aparentar altura y estilizar sus piernas.
Había aplicado un poco de maquillaje a su rostro para darse un poquito de color, colocándose rubor, sombra nude y un delgado y muy sutil delineado para hacer lucir más grandes sus ojos. Para terminar, había dejado como habitualmente hacía su cabellera suelta, sacudiéndola un par de veces para darle algo más de volumen.
Quería causar una buena impresión. Se esmeró muchísimo y charló con ella misma sobre las cosas que podrían preguntarle, tratando de prepararse ante cualquier cosa. Debía ser positiva, o eso se dijo en tanto terminaba de guardar algo de dinero y su brillo labial en su pequeño bolso.
Apenas escuchó el sonido de la bocina del Jeep, brincó entusiasmada. Tomó aquel accesorio y la plantita para dirigirse a la salida entre brincos.
Hacía días que no veía a Jasper porque según tenía entendido, saldrían de cacería. Eso significaba que debían enfocarse mucho en colocarse en plan depredador o al menos eso era lo que entendió cuando él le comentó al respecto. Debían asegurarse de satisfacer la sed ya que ese fin de semana estarían ocupados con su visita, lo cual ponía a todos emocionados.
Dios, pensar en eso le causaba una eufonía.
Él ya la estaba esperando del lado del copiloto, así que apenas vio que se acercaba abrió la puerta para ella. Le fue imposible no sonreírle feliz. Saludó con un enérgico movimiento de mano y estiró su brazo en su dirección, instándolo a que se agachara.
Jasper lo hizo, con un cosquilleo alegre recorriéndole de pies a cabeza; apenas estuvo cerca, plantó un cálido y corto beso en sus labios, debía ser rápido o seguro terminaría allí consumiendo de él por todo eso que necesitaba de días sin verlo. Él sonrió entusiasta, sujetándole la cintura con dulzura.
No se detuvo a mirarlo, ya que debía subir con cuidado al vehículo, así que no se dio cuenta de cuan atolondrado ese dulce gesto lo puso.
El camino fue silencioso pero ameno; se habían propuesto a escuchar música juntos desde la última vez que se vieron después de que a Jasper le hubiese gustado mucho la que ella colocó en esa ocasión. Además, le gustaba que él siempre le buscase los dedos, sin poder estar demasiado tiempo sin contacto.
