𝐀 | ⋆.ೃ࿔ Había algo en Forks que lo volvía el lugar ideal para que millones de secretos se ocultaran.
Quizá era la baja población; tal vez era su silencio y los espesos bosques que rodeaban a la pequeña ciudad. A pesar de que existían múltiples teo...
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Resultó insoportable la sensación que le encogió el estómago al ver a Edward avanzar con tanta serenidad en dirección de Aro. Su figura dio cada paso con una calma que a ella le carcomió en la paciencia, sobre todo al no encontrar a Alistair por ninguna parte. Su silueta era inconfundible, así como esos orbes fríos que por tanto tiempo la estuvieron fastidiando.
Preguntó al bosque si acaso lograban localizar al hechicero, pero por alguna extraña razón, dejó de percibirlo. Los árboles dejaron de hablarle.
Se removió inquieta y alarmada, ¿por qué no podía comunicarse con el bosque?
¡¿Desde cuándo estaban tan callados?!
Después de lo que le parecieron unos eternos segundos, tras haber tomado la mano de Edward y visto las memorias de la fatídica noche en que sucedió el parto de Bella Swan, un asombrado Aro murmuró:
—Quisiera conocerla.
Quiso darse a sí misma la misma serenidad que ellos demostraron. Tragó duro y respiró con profundidad, notando a Young Mi que titubeó con la idea de encaminarse allá. La asiática frunció los labios y tras armarse de valor, sujetó con firmeza la mano de la niña, a la que le sonrió para que tuviese confianza, pero Nessie era lista, demasiado, por lo cual apenas le pudo corresponder. Jacob gruñó, mostrando su inconformidad a la cercanía entre la menor y los antiguos vampiros.
Aunque no lo quisieran, el metamorfo junto a la extranjera e incluso Emmett, se alinearon para proteger a la pequeña que avanzó apegada a la figura de Song, con la valentía que sus tías Rosalie y Andromeda le habían dicho que tenía.
—¿Puedes verlo? —Preguntó Jasper en su oído, lo más bajo posible para que solo pocos lo escucharan.
—No.
El hecho de que de pronto gritara de forma extraña Aro, solo la hizo aterrarse más.
—Escucho a su extraño corazón —anunció extasiado, señalando hacia el pecho de la menor.
La niña caminó tranquila, manteniéndose firme, e incluso le saludó con la misma convicción, lo cual fue sorprendente y esperanzador para el resto, al igual que la inmensa expresión de fascinación que se le dibujaba en el rostro al rey de los vampiros, quien la recibió con ansias.
—Magnífico —comentó extasiado el líder de los Vulturis tras ver la mente de Renesmee con el extraordinario e inusual don que la pequeña poseía— ¡mitad mortal! ¡Mitad inmortal! ¡Concebida y llevada...! Por nuestra fallecida Bella —farfulló.
—Imposible —alegó Caius.
—¿Crees que me engañaron, hermano? —Inquirió enfadado Aro, ofendido ante su osado comentario.
—Yo creo que sí —una voz gutural dijo, apareciendo tras Demetri.
Aquella sonrisa la conocía a la perfección, por no mencionar a los deslumbrantes orbes zafiros que brillaron extasiados al presentarse. Se sacó con elegancia la larga túnica negra, surgiendo de entre los inmortales para encaminarse hasta el frente, su enorme ser alzándose imponente, causando que todo en el cuerpo de Andromeda Hale se tensara.