𝐀 | ⋆.ೃ࿔ Había algo en Forks que lo volvía el lugar ideal para que millones de secretos se ocultaran.
Quizá era la baja población; tal vez era su silencio y los espesos bosques que rodeaban a la pequeña ciudad. A pesar de que existían múltiples teo...
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Andromeda podría jurar a que no había probado una comida tan espectacular como aquella en muchísimo tiempo. Bien podría apostar que si hubiese una competencia de comida entre la de su madre y la de los Cullen, iba a volverse loca con la inmensa variedad de sabores tan deliciosos y además porque tampoco podría decantarse por ninguno de los dos. No aguantaría, ¡podría colapsar por tantos manjares!
Probablemente exageró al comer tanto. Su barriguita estaba que colapsaba más que satisfecha conforme se despedía de la enigmática y divertida familia tomada de la mano de Jasper, quien pronto se la llevó escaleras arriba. No perdió detalle de los ornamentos conforme fueron subiendo, aunque cuando notó un enorme marco con un sinfín de birretes de graduación, de inmediato pudo entender a qué se debía y la verdad, le pareció graciosa.
—¿Cuáles son los tuyos? —Curioseó fascinada. No quiso ni imaginarse cuanto cuidado debían de tener para mantener en buen estado cada uno de ellos— Dios, ir a la preparatoria un montón de veces, no sé si debería sentir envidia de eso o no —jugueteó, confundiéndolo.
—Yo diría que no, ¿por qué lo envidiarías? —Indagó, en verdad curioso por conocer su respuesta. Ella se encogió de hombros, aún apreciando el arreglo. Si alguien no tenía contexto, seguro que le podría parecer muy raro.
—Bueno, hasta ahora he disfrutado mucho de mi vida en la preparatoria gracias a mis amigos y a las tonterías que hemos hecho, incluso tú lo has hecho mejor —respondió, sin darse cuenta de la sonrisa que dibujó en él al escucharla decir lo último—. Lo único malo, es tener que estudiar lo mismo una y otra vez.
—Siempre se aprende algo nuevo, Andromeda —él afirmó con sabiduría, bajando un par de escalones para sujetarle la cintura. La chica sonrió ante ello, viéndolo mucho más alto de lo que ya— Es refrescante. No siempre enseñan lo mismo. Aprendemos cosas actualizadas y nos adaptamos a la época. Es bueno ver el crecimiento que el ser humano ha tenido en algunas ramas de la ciencia y la tecnología.
—Viéndolo así, entonces sí haces que lo envidie —bromeó, intentando subir, sin embargo, pronto se halló fatigada por la comida.
El hecho de haberse engullido toda la guarnición de comida griega y también incluso la italiana, no había sido tan buena idea, eso sin contar el postre de pastel de chocolate que a ella le fascinó por montones tanto como los platillos. Los Cullen eran unos verdaderos genios en la cocina.
—Creo que tendrás de bajarme rodando por las escaleras —bromeó haciendo un puchero adorable que le robó una risita al rubio.
—Andromeda, luces como si no hubieras comido nada —observó sonriente, lo que era absoluta verdad. La jovencita aparentaba no haber probado bocado alguno físicamente, su abdomen no lucía haber aumentado ni un gramo.