E i g h t y e i g h t

7.6K 847 231
                                    

≫ ─────── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ─────── ≪

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

≫ ─────── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ─────── ≪

Gran parte del viaje de vuelta a Forks permaneció en silencio, mirando por la ventana. Cuando llegaron por la noche después de la fiesta al departamento, llegaron directo a la cama. Ella se encontraba agotada emocionalmente, lo podía notar; no era necesario que se lo dijera para poder leer entre líneas. Ella seguía teniendo esa transparencia de sus emociones que a él le encantaba y por eso era que se encontró tan intrigado por saber lo que le ocurría.

La dejó ser, porque confiaba en que llegado el momento ella se lo diría por sí misma lo que tanto le conflictuaba, sin embargo, que estuviese tan callada le alteraba los nervios. Adoraba oírla reír y hablar de cualquier cosa, pero debía de estar bastante sumergida en sus pensamientos como para no decir nada en lo absoluto.

El cielo encapotado de Forks fue dejándose ver. A Andromeda siempre le habían gustado las carreteras con los paisajes de los frondosos árboles, ese ambiente de un verde vibrante que solo la naturaleza podía tener, un mundo así debía ser protegido.

Oh, por Morgana.

—No sé si pueda hacer esto, Jazz —susurró de la nada, mirando hacia ese bonito universo de vida, donde cientos de seres se ocultaban—. Ellos esperan mucho de mí. Verlos a todos allí, fue increíble, pero tuvieron que esperar horas para poder mostrarse como son realmente y solo pudieron ser ellos mismos por unas pocas más antes de volver a su escondite. Están en riesgo. Un solo paso en falso y los van a descubrir y ¡quien sabe lo que puedan hacerles!

—Ellos están preparados para esas cosas y son conscientes de tus capacidades, Andromeda. Además, también entienden que eres nueva en todo esto. Tu madre se encargó de que lo supieran.

—Mi madre me mintió —farfulló alterada. Jasper la escuchó atento, confundido— la amo, la amo muchísimo y la extraño todos los días, pero sé que me mintió. No puedo ignorar el hecho de que me ocultó algo así de importante por años. Ahora no está y no sé a lo que me enfrento. De la noche a la mañana muchas cosas cambiaron y después de que... de que murió, ¡ha sido demasiado! No puedo. No lo lograré. Creen que podré traer un mundo de paz, donde puedan transitar sin necesidad de fingir ser humanos y que la magia exista y yo... yo solo quiero...

—¿Qué es lo que quieres? —Instó tras oírla bajar la voz, la que se le fue quebrando en cada palabra en su desespero por ser capaz de soportar la inmensa responsabilidad que le fue brindada.

—A ti —murmuró apenada.

Le resultaba vergonzoso decirlo porque se sentía egoísta. Lo único que ansiaba era a pasar una eternidad junto a él y los que amaba y ya. No quería ni siquiera la inmortalidad, pero en ella estaba poder disfrutar de Jasper, de la plenitud y la naturaleza. El proteger a cientos de seres era algo que nunca premeditó.

Por otro lado, él no dijo nada. Era un regocijo escucharla decir eso y al mismo tiempo, comprendía lo que la afectaba; la conocía lo suficiente para darse una idea de cuál era su preocupación. No dar la talla la aterraba; no quería decepcionar a nadie nunca y siempre se exigía mucho para poder ayudar, sino no podría vivir en paz hasta conseguirlo.

𝐀𝐧𝐝𝐫𝐨𝐦𝐞𝐝𝐚 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora