Batalla en el terreno escolar

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La preparatoria Kami Kōbe poseía un terreno muy amplio y completamente despejado para las diferentes actividades deportivas que se practicaban en ella. La planicie árida alrededor de la preparatoria solo estaba retocada levemente con diferentes banderas y estandartes que habían obtenido en varios eventos deportivos. Cada una representaba una victoria. El edificio principal era blanco resplandeciente y asemejaba a un barco, con múltiples mástiles y astas banderas, decoradas con llamativos banderines. Una larga escalinata se extendía desde la entrada principal al edifico, hasta el árido terreno escolar y sobre las puertas principales de cristal sobresalía otra asta bandera, de la cual se encontraba colgada y a maniatada Mankanshoku Mako.

Al ver su amiga presente al otro lado del campus escolar, la pobre Mako que había estado llorando y combatiendo la fuerza de gravedad que hacía que su vestido se deslizara por sus piernas, soltara un grito de alegría:

– ¡RYŪKO-CHAN! –la felicidad no tenía cabida en el corazón de Mako ante la visión de su mejor amiga. Finalmente, todo su sufrimiento estaba por terminar.

Al contrario de ella, Ryūko no se encontraba nada contenta con lo que estaba presenciando: Mako de cabeza colgando de los pies como un trofeo de pesca, mientras los miembros de la facción armada aliada de Kami Kōbe la contemplaban con indiferencia.

– ¡Escoria hijos de puta! –bramó Ryūko con rabia señalando a los dos jóvenes con el dedo –. ¡Van a pagar por lo que han hecho!

– ¿Eh? –musitaron tanto Ōbayashi Kyūji como Sakuramiya Kenta sin comprender absolutamente nada de lo que estaba sucediendo. Las puertas de entrada principal de la preparatoria se abrieron de par en par, para dar paso a varios miembros de los equipos de baseball y futbol americano.

–Presidente. Vicepresidente. ¿Qué sucede? –les preguntaron varios compañeros alumnos a su lideres al percatarse de la ausencia de ellos en las practicas –. Escuchamos algunos gritos.

–No estoy seguro –respondió Ōbayashi ajustando entre su dientes el berro que siempre llevaba en los labios –. ¡Hey, tú! –gritó dirigiéndose a Ryūko –: ¡¿Quién eres y qué quieres en Kami Kōbe?!

Ryūko no contestó sus preguntas. Con la mirada oculta por sus cabellos y las gafas de sol, comenzó a deslizar la banda de su maletín de acero de su hombro, para sacar de este sus espadas. A la distancia que había entre la entrada al terreno escolar y el edificio, los alumnos de Kami Kōbe no llegaron a distinguir qué era lo que estaba haciendo la joven.

– ¡Oi, te estoy hablando! –bramó de nuevo Ōbayashi con el puño al aire sin obtener respuesta –. ¿Quién carajos será esa tipa?

– ¡No es ninguna tipa! –soltó Mako desde su posición, ofendida por la despectiva clasificación a su amiga –. ¡Ella es Matoi Ryūko y es una completa amenaza! ¡A pesar de que es una de las mejores personas que he conocido en mi vida, mucha gente le tiene miedo, inclusive a mí me asustaba en un principio! ¡Es una gran luchadora y ella sola detuvo a las fuerzas invasoras de Honnōji cuando atacaron Naniwa Kinman! ¡Además es mi mejor amiga y una excelente bailaríana! ¡Le gusta la comida picante y la música fuerte!

– ¡Es-espera un momento! –casi escupió Sakuramiya en completa sorpresa e ignorando los comentarios de Mako sobre los gustos de Ryūko; el joven se volvió con incredulidad hacia ella y le gritó al rostro mientras señalaba a Ryūko con el dedo –. ¡¿Quieres decir que esa chica es el guardaespaldas de Takarada Kaneo que tanto hablan?!

–Ryūko-chan nunca se ha considerado un guardaespaldas –contestó Mako con calma y algo pensativa, a pesar de la lluvia de saliva que le cayó en el rostro –, pero sé que varias personas la han llamado así.

Remembranzas vivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora