Kiryūin Satsuki se levantó de su cama levemente recuperada. Miró sobre su hombro hacia la mesita de noche para percatarse la hora que marcaba el reloj; ya era de noche y había dormido casi todo el día. Sin duda el té de Soroi había sido una trampa. Sin disgustarse y con algo de pereza, la joven soltó un bostezo y estiró los brazos. A pesar de la buena siesta que había tomado, aún se encontraba algo cansada y le hacía falta unas cuantas horas más de sueños para poder estar completamente recuperada.
Sabiendo que pronto volvería a dormir, Satsuki salió de la cama y fue directo al sanitario. Con una calma casi extraña en ella, la joven preparó un baño tibio en su tina personal. Una vez dentro del agua perfumada a flores, Satsuki se relajó con la agradable sensación de la tibieza del líquido contra su piel. El cuarto de baño se encontraba en completo silencio, solo una rezagada gota que resbalaba desde la llave continuamente, era el único sonido que rompía la tranquilidad de la habitación.
Sumergida en el agua, Satsuki no pudo evitar preguntarse cuando fue la última vez que se había dado un tiempo para disfrutar un baño o cualquier otra actividad banal. En realidad no lo recordaba. El desperdiciar su tiempo, inclusive en un largo y placentero baño o una prolongada siesta, no iba con ella. No era la clase de chica que gustara de eso placeres culposos que la mayoría de las mujeres sucumbían con regularidad. No estaba en su costumbre, ni en su naturaleza. Ni siquiera se le había inculcado.
Desde muy joven, Satsuki había sido muy independiente y activa, tomando responsabilidades que no iban de acuerdo con su edad. Cuando Ryūko estaba con vida, ella era la responsable de sus constantes cuidados; después la escuela y las continuas actividades que obligaba su madre a tener, y posteriormente el compromiso de ser la imagen de la escuela, el consejo escolar y el futuro legado de REVOCS. Cualquier otra persona no hubiera podido con tremendas responsabilidades, pero Satsuki era especial, era una chica única.
Pero Satsuki estaba lejos de ser perfecta y ella era la primera en admitirlo, aunque su madre nunca hubiera aceptado que una declaración tan pesimista saliera de sus labios. Satsuki era brillante, bella y persistente, pero era una incompetente en ámbitos sociales. Satsuki era incapaz de divertirse como cualquier otro joven de su edad, no sabía qué hacer en una fiesta no formal (por lo cual no asistía), desconocía la mayoría de las actividades domesticas como el aseo y cocinar, y por supuesto, el tomarse un tiempo para ella. Fue por ello, que tan solo unos minutos de haber estado en el agua de la tina, Satsuki salió rápidamente, cuando no encontró otro el sentido de seguir sumergida una vez limpia.
Se cubrió con una esponjosa bata de baño y caminó a su habitación pensando en un bocadillo nocturno que podría pedir a la cocina. Para su sorpresa, Soroi le había leído el pensamiento; encontró al mayordomo en el centro de su habitación preparando una mesa con sus platillos favoritos recién hechos.
–Konbanwa, sama –la saludó Soroi separando la silla de la mesa para permitir a Satsuki sentarse –. ¿Espero que tenga apetito?
–Arigatou, Soroi –respondió ella con una gran sonrisa mientras caminaba a su asiento. Una vez en este, el mayordomo la acomodó frente a la mesa y le sirvió una humeante taza de té –. Siempre sabes exactamente lo que necesito ¿Cómo lo haces? ¿Acaso me espías? –agregó en broma Satsuki colocando delicadamente una servilleta de tela sobre su regazo.
–Muy graciosa, sama –se rió el hombre descubriendo el platillo principal –. Solo tuve una clarividencia. ¿Descanso bien?
–Sí, así es. Pero será mejor que duerma un poco más, tengo grandes planes para mañana.
–Espero que resulten tal como los ha planeado.
–Yo también –comentó la joven dando un pequeño sorbo a su taza de té –. Dime ¿A llegado Iori a casa?
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Remembranzas vivas
FanfictionEn un universo alterno en que no existen las fibras vivas, Ryuko y Satsuki fueron separadas de niñas. Con el cumpleaños dieciocho de Satsiki se revela el mayor secreto que su madre le ha ocultado por años y descubre que la persona que más la detesta...