Knockout

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–¡¿Qué diablos haces tú aquí?! –bramó Matoi Ryūko tan pronto vio a Kinagase Tsumugu bajar de su motocicleta y caminar hacia ellos. Aunque le pareció curioso verlo en un atuendo informal, a diferencia del uniforme que acostumbraba usar.

El hombre no respondió inmediatamente a la pregunta de la joven, solo le dirigió una mirada penetrante e indiferente, luego sus ojos se posaron en cada una de las personas que se encontraban en aquel patio trasero.

–No sabía que regresarían a clases el día de hoy –dijo Tsumugu sin perder su actitud estoica y rascando levemente su nuca.

–¡Oi! ¡¿Te he preguntado algo?! ¡No me ignores, baka! –rugió de nuevo Ryūko completamente furiosa haciendo frente al alto guardaespaldas, al cual la chica apenas le llegaba hasta el codo.

–¿Tsumugu, se puede saber a qué has venido a Naniwa Kinman? –preguntó Mikisugi Aikurō avanzando hacia su amigo, ignorando por completo a Ryūko, quien quedo en medio de ambos hombres.

–¡No actúen como si no estuviera aquí! –soltó la chica cada vez más molesta volviéndose primero hacia Tsumugu y luego a Aikurō, solo consiguiendo que estos la miraran hacia abajo como si fuera poca cosa, enfureciéndola aún más.

–No sé por qué fingen no saberlo –dijo finalmente Tsumugu dirigiéndose tanto a Ryūko como Aikurō –, bien conocen la tarea que se me han encargado. Debo llevarte inmediatamente con el profesor Matoi –agregó de ultimó clavando su mirada solo en la joven.

–¡Arg! ¡Otra vez con esa pendejada! ¡Ya te dije que no voy a ir!

La agitada discusión dejo completamente aislados los otros individuos que se encontraban en aquel jardín trasero de la preparatoria; Mankanshoku Mako y Takarada Kaneo observaban con atención lo que sucedía delante de sus ojos sin poder intervenir de alguna manera.

–Mako ¿sabes qué es lo que está sucediendo? –le preguntó Kaneo a su amiga susurrándole al oído.

–¡¿Acaso no estás enterado?! –soltó la chica con sorpresa volviéndose hacia él –. ¡Oh mi dios! ¡¿Cómo puedes ser posible?! ¡Al ser amigo de Ryūko-chan deberías saber todo lo importante que sucede en su vida, como yo! –agregó la chica prácticamente riñéndolo con un dedo índice amenazador, mientras que con su otra mano presionaba a Senketsu contra su pecho.

–Mako, tengo más vida aparte de ustedes –se quejo Kaneo dirigiéndole una mirada de soslayo –, no puedo estar en dos lugares a la vez.

–¡Eso no es escusa! ¡Mi amistad por Ryūko-chan es tan fuerte que tenemos una inquebrantable conexión y se podría decir que estamos conectadas por un cordón umbilical imaginario! ¡Por eso siempre se que pasa con su vida!

Con sus palabras, la joven de cabellera castaña se emocionó con tal fervor que dejo caer al pobre conejo negro y carmesí de sus brazos, para tomar la parte superior de su uniforme, levantarlo y mostrar su vientre desnudo hasta la línea de su sostén, como si pudiera exponer el cordón imaginario del que hablaba.

–¡Basta, Mako! ¡Ya entendí! –bramó el joven pelirrojo volviendo el rostro rápidamente y cubriéndose los ojos con el antebrazo –. ¡Cúbrete! –le ordenó completamente sonrojado.

Pero aquellos que se apartaron de ambos amigos, nunca se dieron cuenta del exhibicionismo de la chica ya que se encontraban muy ocupados discutiendo acaloradamente entre ellos.

–Me podrías decir de una vez que es lo que sucede sin que tengas que quitarte la ropa –le exigió Kaneo a su amiga aún un poco acalorado y desviando la mirada, una vez que Mako volvió a colocarse adecuadamente el uniforme.

Remembranzas vivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora