Satsuki miró extrañada a su padre dudando levemente en sus palabras ¿Cómo un papel podía ser el culpable de tantos años de separación? Con cuidado, extendió sus manos sobre la mesa y tomó aquel largo documento para llevarlo frente a sus ojos. Era una cuartilla del tamaño de un oficio, el texto mecanografiado casi cubría completamente su superficie amarillenta a causa de los años. Llevaba los sellos oficiales de la suprema corte de Tokio y en el fondo, entre un grupo de firmas de abogados desconocidos para ella, esta la inconfundible firma de Kiryūin Ragyō tan esplendorosa como siempre.
De nuevo, Satsuki alzó la vista hacia su padre, levemente confundida; pero éste la incitó a leer el papel con un leve movimiento de la cabeza. Los ojos de la joven surcaron los reglones de palabras de reseca y vieja tinta negra, poco a poco fue leyendo el significado de aquellas oraciones. Lo hizo lentamente para no perder el hilo de los términos nomotéticos que manejaban; curiosamente era el documento legal más complejo que había visto en su vida, pero al final su contenido era simple y sencillo.
Una vez que Satsuki terminó de leer aquella terrible hoja de papel, sus mejillas se encendieron por la ira que había acelerado su corazón y pulso. Sin poder contenerla furia, con la palma estrelló el documento contra la superficie de la mesa, provocando un estrepitoso golpe que llamó la atención de todos los comensales de aquel café de estilo Ingles.
–¡¿Qué basura es esta?! –soltó la chica levantándose de su asiento.
Sōichirō no reaccionó ante el comportamiento de su hija, continuó con los codos recargados sobre la mesa y con su rostro levemente apoyado en sus manos entrelazadas. Su vista esta clavada en Satsuki e ignoró completamente la exclamaciones y comentarios de las personas a su alrededor. No estaba sorprendido, él ya se había imaginado tal reacción. Era justamente similar a la suya cuando leyó por primera vez aquel documento hacia trece años.
–¡¿Qué porquería es esta?! –había gritado Sōichirō azotando la hoja de papel contra la superficie del escritorio de Ragyō.
La mujer del otro lado del bufete solamente sonrió con malicia, sin siquiera parpadeó ante el desplante de ira de su marido. Mientras Sōichirō se precipitó sobre el escritorio para dejar su rostro a un palmo de ella, Ragyō se recargó plácidamente en su trono y cruzó sus piernas seductoramente.
Le excitaba ver a su esposo tan furioso y hacerlo pagar por descarado desplante.
Con un débil movimiento de sus manos, Ragyō detuvo a sus guardaespaldas y abogados que formaban una pared humana detrás ella, para que no intentaran detener a Sōichirō. Ella lo estaba disfrutando enormemente.
–¿Porquería? –repitió ella desafiantemente en burla –. Yo prefiero llamarlo un seguro de intereses.
–¿Seguro de intereses? –escupió Sōichirō sin poder creer en las palabras de Ragyō –. ¿Llamas la custodia de Satsuki un seguro de interés? –dijo casi atragantándose por la rabia.
–Por favor, Sōichirō, no me escupas encima –se quejo Ragyō fingiendo limpiarse el brazo con su pañuelo –. Este traje fue hecho a mano por un famoso diseñador alemán.
–Si quisiera escupirte, lo haría directamente a tu cara.
–Eso es agresión –anunció uno de los abogados de Ragyō reacomodando sus lentes en la nariz –. Ragyō-sama podría demandarlo por ello.
–¡Vete al diablo!
–Sōichirō, no es necesario un lenguaje tan vulgar –dijo la mujer de nuevo sonriendo con malicia a su marido –. No sea mal perdedor.
–¡¿Mal perdedor?! ¡¿Crees que es esto un juego?!
–Y uno maravilloso que he ganado –masculló ella con delicia disfrutando cada momento del sufrimiento e ira que provocaba en Sōichirō. Quería que sufriera más que nada –. ¿Qué pensaste tú, Sōichirō? ¿Qué podrías abandonarme así de fácil? ¿Qué te podrías ir una noche y regresar el día siguiente para llevarte a Satsuki como si nada hubiera pasado? Estas muy equivocado si imaginaste que lo iba a permitir.
![](https://img.wattpad.com/cover/227227947-288-k749598.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Remembranzas vivas
FanfictionEn un universo alterno en que no existen las fibras vivas, Ryuko y Satsuki fueron separadas de niñas. Con el cumpleaños dieciocho de Satsiki se revela el mayor secreto que su madre le ha ocultado por años y descubre que la persona que más la detesta...