Mucha fiesta, mucha celebración

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Después de tan excelente venganza, estaban Ryūko, Mako y Kaneo cómodamente sentados sobre el mullido sofá de la sala de transmisión de la preparatoria Naniwa kinman disfrutando de la agradable sensación que les provocaba el desquite.

–Eso estuvo... genial –soltó Takarada Kaneo satisfecho consigo mismo. Dio un prolongado bostezo y extendió los bazos a lo largo de la cabecera del sofá, dejando cada uno detrás de la cabeza de sus amigas.

– ¿Pero tenías que ser tan... vulgar? –le preguntó Matoi Ryūko entrecerrando la mirada y cruzando los brazos sobre su pecho, aún así no perdía un sonrisa picara de sus labios –. ¿No crees que te excediste?

–Mira quien lo dice señorita "acabare contigo" –dijo el chico pelirrojo en burla sacudiendo la mano en la dirección de Ryūko –. Humillamos a Kiryūin Satsuki a nivel nacional ¿no te parece suficiente?

–Tienes razón –continuó Ryūko suavizando su mirada –. Lo único que me hubiera gustado, habría sido ver la cara de la reina perra cuando todo su palacio de cristal se cayó frente a sus ojos –agregó con dureza y amargura en su voz.

–Abra sido algo así... –agregó Mako comenzando a ser una pantomima de morisquetas y sonidos ilegibles, de vez en cuando soltaba un grito y en otras sujetaba a Senketsu de las patitas para sacudirlo levemente –, pero luego sentiría hambre y haría algo así... –su mímica imitó los movimientos al comer, para luego frotarse la barriga con satisfacción –; y hablando de comida ¿Ya es hora de comer?

–Mako tiene razón, ya hace hambre –aceptó Ryūko desviando su mirada a su vientre que comenzaba a rugir ante la falta de alimento.

–No se preocupen –dijo Kaneo sacando un fajo de billetes de su abrigo y comenzó a sacudirlo, causando admiración en la mirada de Mako –, ya que esta ha sido nuestra gran victoria, hay que celebrarlo con una gran comida, iremos a comer a un lugar especial...

– ¡Ahhhh... ¿un lugar fastuoso con karaoke?! –lo interrumpió Mako brincando en su puesto, alterando a Senketsu, quien brincó de su regazo para escapar de la locura –. ¿Dónde haya mucha música y bailarines?

–Mako, eso sería demasiado –Ryūko trató de detenerla, pero ya era muy tarde.

– ¡Que buena idea! –la secundó Kaneo brillándole los ojos –. ¡Debe ser toda una celebración, nos lo merecemos! ¡Algo con mucha comida y luces multicolores!

– ¡Y música muy estridente y una gran pista de baile!

Ryūko miró impotente a sus dos amigos que iban encendiéndose como mechas y que después de una lluvia de ideas, finalmente ambos explotaron una sola decisión:

– ¡HAGAMOS UNA FIESTA SALVAJE! –gritaron ambos al unisonó mirándose con expectación ante la maravillosa idea que habían formulado.

Ryūko solo torció una mueca con los labios sin comprender como una simple comida, terminaba en toda una fiesta salvaje. Pero siempre sucedía algo así con sus amigos, cuando tenían alguna idea descabellada, esta crecía como una bola de nieve bajando por una colina y que generalmente terminaba en caos, el cual acababa resolviendo ella sola. Pero no podía hacer más que seguir la corriente, Mako era imparable cuando se proponía algo, y cuando Kaneo se volvía eufórico, nunca calculaba el alcance de sus acciones. Y como siempre Ryūko estaba al rescate; el cuarenta por ciento de su historial delictivo estaba relacionado a medidas de contingencia. Al final no importaba en que tan serios problemas se metiera la chica por ayudar a sus amigos, ya que una vez que se dejaba llevar por ellos, se divertía como nunca.

En cuestión de minutos y algunas llamadas telefónicas, Kaneo había logrado convertir el patio principal de Naniwa kinman en un salón de fiestas; donde muchas extensiones de luces, una pista de baile improvisada y un increíble sistema de sonido, ambientaría el gran evento que está creando. Pronto se dieron cuenta que no solo ellos merecían celebrar su victoria, por lo tanto, se solicitó la presencia de todo el alumnado de Naniwa kinman, para hacer el festejo tal como debía ser. Debido a que aún seguía cerrada la escuela por la obras de reconstrucción de la fachada, no había miembros del personal educativo que se interpusiera en la celebración, como la horrible directora Oni. Una vez que había oscurecido, la gente invitada comenzó a llenar a la preparatoria.

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