Un mes después.
Finalmente la primavera se encontraba en todo su esplendor en la ciudad de Osaka. Una ligera y cálida brisa matutina había remplazado las últimas oleadas frías que solían refrescar las primeras horas del día, resultando en excelentes condiciones para llevar a cabo actividades al aire libre y justo a tiempo para el evento deportivo y cultural del inicio del año escolar en Naniwa Kinman.
Prácticamente una tradición, al principio curso, la preparatoria realizaba el primero y más importante suceso del año escolar. Consistía básicamente una inscripción masiva de todo el alumnado de Naniwa Kinman a alguno de los equipos deportivos o culturales que existían en la misma. Era prácticamente obligatorio para todos los estudiantes, inclusive los de primer ingreso, formar parte en alguno de estos o re-inscribirse en el que ya se encontraba desde el año anterior.
Para llevarlo a cabo, por tres días la escuela suspendía clases y los miembros de los equipos, sus capitanes e inclusive profesores, distribuían locales similares a los puestos de comida que abundaban en las calle de la ciudad, en todo el terreno escolar, a los cuales los estudiantes podía acudir e informarse de los requerimientos que exigía cada equipo.
El patio frontal como el posterior, al igual que los gimnasios, eran ocupados solamente por los grupos que se dedicaban a algún deporte, donde los mejores jugadores de cada equipo solía realizar demostraciones. Mientras que en el interior de las instalaciones, distribuidos en las aulas, estaban todos los equipos relacionados con algún arte, sea visual, manual u oratoria.
Esta peculiar manera de reclutamiento era característica y única de Naniwa Kinman. Incluso aquellos alumnos que se mostraban indecisos o taciturnos por inscribirse en algún equipo, eran evaluados y designados a aquel que se pensaba que mostrarían mejor desempeño según sus habilidades. Esto se debía a que Naniwa Kinman tenía una política de formación de los mejores equipos posibles para las competencias deportivas o artísticas nacionales. Sus esfuerzos eran compensados con becas y algunos privilegios en la preparatoria.
Era un evento masivo que llamaba mucho la atención tanto a alumnos de secundarías que buscaban ingresar a Naniwa Kinman el año siguiente, como a padres de familia y otros individuos, por lo cual era completamente normal ver en tal ocasión dentro del plantel a muchos visitantes que generalmente no podría entrar en el terreno escolar, y eso incluía, a enemigos declarados.
Con un disfraz sencillo compuesto por unos pantalones caquis, una sudadera y una gorra donde ocultaba su cabellera larga y morena, Kiryūin Satsuki, fácilmente pasaba desapercibida entre la multitud de visitantes.
–Parece que su plan funciona a la perfección Satsuki-sama –le murmuró casi inaudible Inumuta Hōka, su única compañía en aquella incursión en el territorio enemigo. Al igual que su líder, el joven de gafas vestía un conjunto deportivo azul de cuello de tortuga en combinación con gorra del mismo color.
–Será preferible que mientras nos encontramos aquí, no me llames por mi nombre.
–Lo que usted diga.
Ambos jóvenes se entremezclaron a la perfección entre estudiantes y visitantes en el patio frontal, en lo que se escabullían hasta los gimnasios, sin ser reconocidos por nadie. La realidad se basaba principalmente en que nadie, ni en un millón de años, se habría imaginado que la ex presidenta del consejo escolar de Honnōji tendría la intención de adentrarse en Naniwa Kinman, cualquiera fuere la razón; especialmente después de lo sucedido antes que terminara el año escolar anterior.
Antes de que se realizaran las respectivas graduaciones de los alumnos de tercer año de ambas preparatorias, era costumbre que el presidente del consejo de la escuela que había perdido su banderín durante el evento Yosegaki Himonau, se presentara en la institución que le había robado su bandera para recuperarla pacíficamente. Cuando originalmente se fundó la competencia no formaba parte del plan que las escuelas vencidas fueran humilladas al recobrar sus respectivas banderas, sino que fueran tratados con respeto como un digno rival. Pero con los años, se perdió la costumbre y generalmente se utilizaba para que la escuela vencedora se vanagloriara todo lo posible sobre los derrotados.

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Remembranzas vivas
Fiksi PenggemarEn un universo alterno en que no existen las fibras vivas, Ryuko y Satsuki fueron separadas de niñas. Con el cumpleaños dieciocho de Satsiki se revela el mayor secreto que su madre le ha ocultado por años y descubre que la persona que más la detesta...