El evento deportivo

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Las actividades iniciaron temprano en Honnōji ese preciso lunes. Todos los miembros del alumnado fueron solicitados a estar presentes para los últimos preparativos para el evento deportivo que se llevaría a cabo en el terreno escolar.

Los últimos elementos de la decoración fueron colocados, los uniformes repartidos y cada mínimo detalle era cuidadosamente regulado. La responsabilidad de tal coordinación cayó principalmente en los hombros de Jakuzure Nonon e Inumuta Hōka, al ser los únicos miembros del consejo que quedaban disponible ante la partida de Sanageyama Uzu y la repentina desaparición de Gamagōri Ira.

Los sucesos de la noche anterior no fueron valorados como se debía ante el extenuante trabajo que tenían los miembros de consejo. La aparición de los alumnos del consejo disciplinario inconscientes en los pasillos se le atribuyó alguna fiesta realizada en contra del reglamento. Todos recibirían el castigo apropiado una vez que recuperaran la conciencia, pero por mientras permanecerían en la enfermería descansando.

En cuanto a la extraña desaparición de Gamagōri, había muchas teorías pero ninguna era completamente aceptada. Se le buscó por todo el terreno escolar sin lograr localizarlo. Intentaron comunicarse por el teléfono, pero no contestaba ni el de su casa o celular. Lo que pensaron sus compañeros de consejo que había sucedido, era que Ira se había quedado dormido leyendo alguna de sus novelas románticas (todos estaban al corriente de su secreto) y al despertarse en la mañana, se había retirado para prepararse para importante evento, y en la prisa no le había avisado a nadie y por alguna otra razón no atendía al teléfono. Nadie sabía que en realidad que se encontraba en un armario de escobas, inocente y atrapado.

Pero los miembros del consejo restantes tenían mayores preocupaciones que la desaparición de su compañero. El tiempo se les venía encima y aún tenían mucho preparativos que debían estar listos antes del medio día. Comenzaron a ponerse nerviosos cuando su señora, Kiryūin Satsuki, llegó a media mañana. Ante los apuros, los miembros del consejo tomaron la decisión de delegar algunas prioridades.

Satsuki conservaba muy bien la calma mientras el resto de la academia se movilizaba en un caos. A pesar que formaba parte de sus planes que el evento deportivo fuera perfecto, no se angustiaba ante la idea de algunos errores y fallos; ella ya había conseguido su objetivo principal, la victoria del festival Yosegaki Himonau y ante las demás escuelas. Su éxito estaba claro ante los ojos de su madre, y no necesitaba nada más.

No todos los estudiantes se sentían tan realizados como ella. Jakuzure estaba decidida a probarle a su itoko su desempeño dando todo de sí para que el evento fuera perfecto. Se había apropiado de la completa dirección de los estudiantes y cada detalle pendiente. Su actitud mandona rápidamente comenzó a fastidiar a sus compañeros alumnos, principalmente Inumuta, quien se aisló en la sala de club de comunicaciones para huir de sus constantes gritos. En cambio Iori Shirō, recurrió a ignorarla ya que tenía mucho trabajo realizando los últimos ajustes a los uniformes de algunas chicas que habían engordaron en la última semana.

Pero no todos tenían tanto trabajo en comparación del resto. Los miembros de los equipos atléticos, quienes serían los principales en demostrar sus habilidades durante el evento, estaban más que listos y coordinados para el evento. Sanagayema se había asegurado mucho antes de marcharse que sus delegados cumplieran con sus correctas funciones, lo que dejo muy poco trabajo a algunos de ellos, como Fukuroda Takaharu y Hakodate Omiko.

Ambos capitanes se encontraban listos desde muy temprano y solo esperaban en la sala de los líderes de los clubes, el llamado para iniciar su parte del evento.

–La espera es horrible –se quejo primero Hakodate sentada sobre una de las mesas de la habitación. La chica rubia lucía el nuevo uniforme para las integrantes del equipo de tenis, con el característico logo de REVOCs en uno de los hombros.

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