Pasaron otros tres días hasta que finalmente Ragyō le permitió a Satsuki entrar a la mansión. La joven ex heredera se encontraba en pésimas condiciones, con la ropa sucia debido a su exposición a la intemperie; no había tomado un baño en días y su cabello había perdido su brillo; casi no había probado alimento o agua y solo su fuerza de voluntad la mantenía en pie.
Fue guiada por un par de guardaespaldas y el mayordomo de su madre por uno de los pasillos más largos de la mansión. Ella sabía exaltadamente a donde se dirigían, sin siquiera tener que reconocer las pinturas en las paredes o las esculturas que decoraban el corredor. Era casi de noche, por lo cual era escasa la iluminación que colaba por las ventanas, y los bombillos del techo se encontraban apagados; solo podía distinguirse un leve fulgor de luz al final del pasillo, dando el aspecto de un corredor a la muerte.
No era muy diferente al sentimiento que acongojaba a Satsuki en ese momento. Estaba sumamente preocupada y deseaba más que nada, salir corriendo en dirección contraria llamando a Ryūko a todo pulmón. Pero no podía hacerlo, Ragyō la tenía a Satsuki en sus manos, y lo sabía.
Al terminar su larga caminata, Koroido Takiji abrió las puertas gemelas de la habitación al final del corredor, para que Satsuki entrara a la gigantesca sala cubierta de azulejos del otro lado. Era el baño principal de la mansión, un enorme cuarto bellamente decorado con esculturas, pilares, una fuente de agua que abastecía a una piscina que yacía justo en el centro de la misma habitación, de la cual emanaban vapores y perfumes que inundaban el ambiente. Era el cuarto favorito de la madre de Satsuki de todo su gigantesco hogar.
Ragyō se encontraba dentro de la piscina desnuda, solamente luciendo una toalla alrededor de su cabeza. Estaba de espalda a los recién llegados con los brazos recargados en la orilla de su baño. La mujer no se movió en lo más mínimo para contemplar a sus visitantes; en cambio, solo hizo un ademán con su mano para despedir a los empleados. Estos asintieron a sus ordenes en completo silencio y se marcharon por donde habían llegando, dejando así a madre e hija solas en la habitación.
Por casi un minuto, ninguna de la dos se dirigió la palabra en aquel juego de intimidación; hasta que finalmente el cansancio, el hambre y la preocupación superaron al temple que caracterizaba a Satsuki:
–Ragyō –dijo secamente.
Ésta no le respondió. La mujer continuaba dirigiéndole la espalda y no daba la menor señal de haberla escuchado. Pero Satsuki estaba convencida de lo contrario, por lo cual a regañadientes no le quedo de otra que agregar:
–Okaasan.
Sin siquiera ver su rostro, Satsuki podía asegurar que su madre había sonreído.
–¿Finalmente estas aceptando lo inevitable, mi querida Satsuki? –dijo la mujer con una voz increíblemente melosa.
Esa vez fue Satsuki quien guardó silencio.
–¿O aún piensas que puedes revelarte en contra de mí? –insistió Ragyō cambiando su tono a uno de burla.
La hija de la mujer tomó su tiempo para contestar, primero deambuló por la habitación como un león enjaulado a la orilla de la piscina a rebosar de agua caliente, cuyos vapores la sofocaban terriblemente.
–¿Dónde está? –dijo Satsuki autoritariamente.
–Tan rápido tienes que arruinar el agradable ambiente pensando en gente insulsa...
–¿Dónde está?
–Después de todo el tiempo que estuviste lejos de casa, comencé a ilusionarme de tener un momento de calidad con mi amada hija...
![](https://img.wattpad.com/cover/227227947-288-k749598.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Remembranzas vivas
FanficEn un universo alterno en que no existen las fibras vivas, Ryuko y Satsuki fueron separadas de niñas. Con el cumpleaños dieciocho de Satsiki se revela el mayor secreto que su madre le ha ocultado por años y descubre que la persona que más la detesta...