85.

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Axel Rizzo.

-Jefe- Pier se acerca a mi- Tenemos noticias.

Espero a que hable pero se queda mirándome, alzo una ceja en su dirección.

-¿Te gusta el drama o por qué no hablas?- me paso la mano por el rostro frustrado.

Inútiles.

-No, disculpe- dice nervioso- El mejor negocio de los D'angelo en Londres ha caído.

Hago una mueca, pensaba atacar ese lugar pero aún necesitaba unos datos más, tenía preparada una buena emboscada, pero eso no importa ahora, lo que me interesa es saber quien fue el cojonudo que se metió en la boca del lobo.

Me agrada la gente así.

-¿Quién atacó?- pregunto directamente.

-La ESFEA- dice nervioso.

El grupo más temido por cualquier banda o mafia, no los ves, no sabes quienes son y actúan tan rápido que ni siquiera lo notas. Están por todo el mundo y nadie sabe de donde salieron, pero pueden desmantelar todo tu esfuerzo en nada.

Bueno, el esfuerzo de otros.

No he tenido enfrentamientos con este equipo, no he tenido la oportunidad de ver como operan. Pero todo delicuente sabe de ellos y los rumores dicen que son letales.

-Puedes irte, y deja de ser una perra miedosa o traeré a los chicos de aquel restaurante- digo a lo que asiente rápido y sale disparado.

Cobarde.

Mi móvil suena con un número desconocido, contesto por si es el inútil de mi hermano.

-¿Eres tú aborto mal hecho?- pregunto apenas descuelgo la llamda.

-No me abortaron y estoy muy bien hecha- sensualidad, frialdad y malicia en su tono- Es un gusto saludarte Axel.

-Queen- sonrío de lado.

Esta niña me sorprende cada vez más.

-Veo que no te has olvidado de mi- dice con altivez.

-Como tampoco tú de mi- digo seductor.

Sonrío, una batalla de egos sin duda.

-De hecho, llamaba para ver si te enteraste la desgracia que les ocurrió a los D'angelo- dice con pena fingida.

Oh...

-Fuiste tú- río- ¡Pero préstale esos cojones a mis hombres mujer!- exclamo eufórico.

Ella suelta una risa suave.

-Esto recién empieza, mantente alejado sino quieres que tome medidas contra ti- advierte.

-¿Me amenazas?-alzo una ceja con una sonrisa.

-Tal vez, puedes tomarlo como quieras- no para de sorprenderme- Amenaza, advertencia e incluso un aviso. Seré clara, no me interesa ir en tu contra pero si te involucras tampoco lo dudaré.

Esto es lo que demuestra su potencial, soy el cabecilla de una importante mafia, ella una niña londinense, pero los cojones no reconocen jerarquías, si los tienes no te importará enfrentarte al mismísimo diablo aunque te quemes en el camino.

Y ella los tiene, joder.

-¿Qué quieres a cambio de pertenecer a mi mafia?- propongo sin rodeos.

La quiero a mi maldito lado.

-Lamento darte la noticia de que no será posible- dice soltando una risita.

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