79.

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-A tu derecha- indica Zack por el intercomunicador. Puedo verlo en la barra, enviando miradas disimuladas a nuestra posición.

Bailo hasta quedar frente a mi objetivo, me acerco con seguridad, según su historial le gustan las mujeres seguras y que toman la iniciativa. Sus ojos me encuentran y sonríe de lado, me esperaba un chiquillo pero no, su estilo si es elegante, sofisticado, es guapo y tiene un atractivo que fácilmente hipnotiza.

Sólo que soy inmune a los encantos de cualquiera que no fuera el chico de tatuajes que me cubre en algún lugar.

Me acerco y él sonríe, enfoco mis ojos en los suyos y puedo ver la chispa en ellos, esa que opaca su gran atractivo.

La perversión pura.

Le sonrío descaradamente y me hace una seña para que me acerque. Lo hago y me siento en una de sus piernas, su mano va a mi espalda baja y su mirada recorre mi cuerpo con admiración. Admiración que sólo me da asco.

-Pero que tenemos aquí- murmura en mi oído- Una sexy pelirroja- suspira en mi oído- Una de mis favoritas- su voz es sensual aunque solo me repugna.

Tengo un objetivo, tenerlo a mis pies.

Una sennual y sexy canción suena, sentada en su regazo busco a Lucca con la mirada, encargándome de disimularlo bien. Lo encuentro un piso más arriba, apoyado en la baranda que cuida que nadie se caiga, sus ojos fijos en mi.  Le pido disculpas con la mirada, trato de hacerle saber que lo que haré a continuación solo es por trabajo. Me sonríe aunque la sonrisa no llega a sus ojos, asiente y baja la mirada a la pista, sin querer verlo.

Comienzo a moverme sobre él, sintiendo como una parte de su cuerpo crece mientras sus manos se aferran a mi cintura. Intenta tocar mis glúteos y es cuando me levanto de su regazo para darme la vuelta, tomo su barbilla acercándolo a mis labios, sus ojos azules están hipnotizados por mi, puedo verlo. Observa mis labios sin pudor alguno.

-Me gusta ser quien manda- susurro sensualmente.

Su rostro expresa fascinación ante mis palabras.

-Todo tuyo- dice alzando las manos.

Me acerco a su oído.

-Tú solo disfruta, sin tocar- muerdo el lóbulo de su oreja y asiente soltando un gruñido.

Bailo frente a él, meneando mis caderas al ritmo de la música, a pesar de haber hecho esto antes por trabajo, nunca me había sentido tan incómoda haciéndolo.

Siento que de cierto modo estoy fallándole.

Pero es mi trabajo y soy una profesional.

Lo busco y sus ojos se topan con los mios, intento imaginar que es para él. Que le bailo a él, comienzo a pasar las manos por mi cuerpo mientras sigo bailando, lo observo mientras él no deja de verme, imagino que solo estamos él y yo. Nota lo que hago, sonríe de lado enviando una corriente eléctrica a todo mi cuerpo. Una sonrisa sexy, que saca todo el aire de mis pulmones.

Se pone serio de repente y con un movimiento de cabeza me vuelve a la realidad, se ha puesto de pie detrás de mi. Siento su aliento en mi oído.

-Vamos a divertirnos- murmura.

Asiento y toma mi mano, pasando entre la gente para entrar a un pasillo oscuro.

Las habitaciones.

Escoge una y entramos, coloca el pestillo y es mi turno de actuar. Llevo mi mano al sostén, donde saco la bolsita con pastillas que parecen éxtasis , pero no es más que una droga que lo noqueará de inmediato.

ContrarrelojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora