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Alex.

Dante fue golpeado por mi, mucho, pero en zonas que no son visibles. Porque debo seguir manteniendo mi plan b en condiciones.

-No sabes de lo que soy capaz, eso fue solo una pequeña demostración de lo que puedo hacerte si abres la boca si quiera para mencionar mi nombre con otra persona- lo miro a través de espejo retrovisor.

Mantiene la cinta en su boca y el miedo impreso en sus ojos.

Conduzco hasta una de las bases que a esta hora, debe estar vacío. Lo bajo del coche bruscamente, haciendo que caiga al suelo en un golpe fuerte.

-¿Qué has hecho?- levanto la mirada al oír la voz de Nick.

Trae su chaqueta en la mano y la mano de Kira en la otra. Ella no pregunta, sólo se acerca y levanta de mala manera a Dante del suelo para llevarlo a empujones dentro del lugar y dejándonos solos.

-Tenía sospechas del traidor- digo con cautela- El culpable de que João saliera herido.

Tengo que medir mis palabras por si tengo que hacer uso de ese plan que involucra al francés.

-Y si crees que fue él- mira serio el sitio donde la castaña se lo llevó- ¿Por qué aún respira?

Nick es inteligente, es imposible persuadirlo o mentirle. Debo ser muy astuta.

-Porque no era él. De todas maneras le di una demostración por si en algún momento se le cruza la idea por la cabeza- hago una mueca.

Me observa fijamente.

-¿Quién era el culpable?- pregunta.

-Mason Grey- suelto el nombre con asco- Y ya no respira, pierde cuidado.

Me sostiene la mirada unos minutos.

-¿Controlados?- sus ojos no me dejan ni un segundo.

-Controlados- miento.

Porque mis demonios estaban cada vez más fuera de control.

-Bien, vamos a casa- se vuelve para buscar a Kira pero lo detengo.

-No- voltea a verme- Yo tengo cosas que solucionar con Dante.

Sé que no logro convencerlo pero asiente en el momento en el que Kira sale.

-¿Todo en orden?- me pregunta con cierta preocupación en sus ojos cafés.

Asiento y se acerca a besar mi mejilla antes de marcharse con mi amigo, no sin que antes él deje un beso en mi frente.

Cuando Nick y Kira se marchan, el silencio en el lugar se vuelve ensordecedor. Entro notando donde Kira dejó a Dante, en la sala de tortura, de rodillas, aún atado y con el miedo visible en sus ojos. Debo manejar esto con cuidado, mantener el control sobre la situación y no dejar que mis demonios actúen por mi.

Cierro la puerta a mi espalda antes de acercarme lentamente para sacar la cinta de su boca provocando que haga una mueca de dolor.

-¿Sabes por qué te traje aquí? - pregunto, mi voz baja pero firme.

Dante asiente, aunque su cuerpo tiembla ligeramente. La verdad es que lo necesito para mi plan, pero también necesito que entienda la gravedad de lo que ha hecho.

Que entienda que conmigo no se juega.

-Tenemos que aclarar algunas cosas - continúo - Y necesito que entiendas que tu vida está en juego aquí. Pudiste verlo, yo no me ando con juegos.

-¡Lo siento! - exclama, su voz llena de nervios por el miedo y el dolor - No sabía que iba a pasar todo esto, yo...

Le doy una bofetada rápida, no para lastimarlo ni dejar marcas porque no podré tener una buena coartada para eso, sino para calmarlo y centrar su atención.

ContrarrelojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora