Dos semanas después...
James.
Salgo de mi habitación después de haber estado estudiando las últimas cuatro horas sin parar y sin haber dormido más de tres horas. Mi cabeza es un desastre, mis ideas están en todos lados, siento que colapsaré en cualquier momento. Suelo tomar las cosas bajo control, pensar y encontrar una salida, una solución, pero esta vez me siento perdido.
Los chicos saldrían hoy, irían a ver a ma, mientras yo sólo pude mandarle mis saludos porque no quiero que me vea, sé que ella sabría que algo está mal.
Que todo lo está.
Me dirijo a la cocina por algo de beber, mi apetito a disminuido considerablemente estos días pero de igual manera trato de ingerir lo necesario. Cuando entro me quedo estático en mi lugar al ver la hermosa rubia que se encuentra sentada en una de las sillas de la isla de la cocina.
Todo dentro de mi enloquece al verla, mi herida pasa a segundo plano cuando la veo, aunque lo hago muy poco, quisiera tirar todo a la basura y correr a ella.
No sabía que se quedaría aquí, pasa poco tiempo en casa y cuando está sólo se encierra en su habitación o en el gimnasio sin darme el placer de al menos verla de lejos. Su cabello va en una coleta, tiene puesta una camiseta de baloncesto roja y unos shorts.
Es increíble como vistiéndose tan simple luce preciosa.
Escribe en su ordenador, los audífonos en sus oídos hacen que no oiga mi entrada, así que me dedico a mirarla. Recorro con mi mirada cada centímetro, grabándola en mi cabeza, apreciando como hace gestos que se ven vacíos, algo extraño en ella ya que siempre, con nosotros, se muestra efusiva.
No deja lo que hace y yo siento que moriré ahogado con las palabras que no he dicho en este tiempo, con esas que no he dejado salir para no empeorar las cosas, para no tensar más todo, para darle su tiempo y espacio.
Pero estoy cansado de verla y cuidarla solo de lejos.
Me acerco y ella levanta la mirada, quitándose los aparatos de los oídos.
-¿Estás bien?- pregunto bajo, hace tiempo que no estamos los dos solos en casa.
Hace tiempo que no hablamos de hecho.
Asiente con la mirada en su ordenador.
-He estado mejor- alza los hombros mientras escribe.
Sus palabras duelen, porque ella ya no es la de antes. Su voz perdió emoción, se siente vacía y neutral. La noto tensa con mi presencia, ella jamás ha estado incómoda conmigo.
Y me hace odiarme por hacerla sentir así.
-Hace tiempo que no te veía escribir- murmuro manteniéndome a una distancia prudente, queriendo entablar una conversación porque siento que moriré si seguimos teniendo esta distancia entre nosotros.
-No me hacía falta, no tenía nada que no pudiera decir- responde sin quitar la vista de la pantalla-Siempre lo vi como un escape y no necesitaba ni quería escapar.
Dios, la extraño tanto.
-Sabes que puedes hablar de lo que sea conmigo-hace una mueca ante mis palabras.
Alza los ojos para mirarme mientras suspira.
-No de lo que sea James- me da una sonrisa vencida antes de volver a lo suyo.
Sé porque lo dice. Ha intentado hablar de lo que pasó entre nosotros antes.
Y yo jamás quise hacerlo.
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Contrarreloj
RandomAlex es sinónimo de peligro. ¿Su vida? Una carrera contrarreloj contra la propia muerte. Ella es la reina y pondrá a sus pies a quien se lo proponga. Así tenga que poner el mundo a arder. Carreras contrarreloj con la vida. Victorias por montones. ¿P...