Contrarreloj

35.

Charlie es un fantasma que acompaña a Zack a donde vaya, desde que murió él no ha vuelto a pisar el cementerio. Y es algo que lo tormenta, sueña con su hermano reclamando su presencia. Él es uno de mis puntos débiles, por lo que me afecta lo que le pasa, verlo asi, entre mis brazos con la mirada perdida y sus ojos cristalizados. Acaricio su cabello lentamente, lo relaja y cierra sus ojos tratando de normalizar su respiración, su cuerpo tenso se fue relajando haciendo que su agarre sea suave.

-Quiero ir- susurra- Pero no me siento listo aún- tomo su mano y le doy un apretón.

-No te presiones, hazlo a tu tiempo - beso su cabeza y sigo acariciando su cabello.

Debia hacer algo para ayudarlo, no sé aún que cosa, pero pensaré en ello.

Te sacaré la tristeza Zacky, lo prometo.

(...)

-Conduce con cuidado, te quiero-beso su mejilla y bajo de la motocicleta - Y no pienses mucho, si necesitas descargarte mis guantes y yo te estaremos esperando- le doy una sonrisa.

-Lo tendré en cuenta- sonrió - Te quiero, anda entra- señaló la puerta con su cabeza.

Apenas entré a la casa sentí el motor de su moto.

-Alexia debemos hablar- mi padre se encontraba sentado en la escalera.

-No tengo nada de que hablar- me encaminé a la cocina por una manzana.

-Si, ni siquiera viniste a dormir. ¿ Donde estuviste?- la molestia en su voz era demasiado evidente.

-Tengo 20 años y una vida, en la que claramente, he estado sola y dejame decirte que soy bastante independiente. No doy explicaciones- salí de la cocina- Pero para que dejes de seguirme, estuve con Zack-

-Nunca debiste terminar con él - me recriminó.

- Es mi vida papá. Llevo años estando malditamente sola, tengo una vida completamente independiente y si jo fuera por mis chicos, sería una miserable y solitaria vida. Ellos son mi familia y jamás arruinaría la relación que tengo con Zack. No lo perdería por nada en el mundo y mucho menos con una relación amorosa, todos sabemos que la mierda del amor estropea todo. Amo a Zack, tanto como amo a Zoen, James, Chris, Nick y Hanna. Son mi familia, son mis malditos cables a tierra. Y si terminamos con Zack, fue por decisión de ambos, no es de tu incumbencia y odio que se metan en mi maldita vida. Han pasado años y aún no lo superas, eso no es mi problema- continué subiendo las escaleras y me adentré en mi cuarto.

No esperaba encontrarme con cierto chico tatuado mirándome con fuego en sus ojos, sus manos estaban apretadas, su rostro tenía algunos hematomas y sus nudillos tenían rastros de sangre. Se puso de pié y se acercó a mi rápidamente, dejándome entre la puerta y su cuerpo, su respiración era agitada, apoyó su frente en la mia hasta que su respiración se normalizó y su cuerpo se relajó. No había notado que mi mano se encontraba en su pecho siendo sostenida por la suya. Intentó besarme pero le di un empujón que lo descolocó y lo alejó de mi.

-¿Que haces?- su ceño se frunció con confusión - Estas demasiado equivocado con respecto a mi- me posicioné frente al espejo para alzar mi cabello en una coleta- No se que haces aquí, sinceramente no me agrada verte aquí y mucho menos que entres sin mi maldito permiso. Fue divertido las primeras veces pero ya basta. Si te vuelvo a ver aquí sin mi permiso te arrojaré por el balcón- voltee a mirarlo- y no bromeo-

Mis palabras lo asombraban claramente. Pero no es divertido todo esto, trate de aguantar mis impulsos y no destrozar la cara de su linda morena por pasarse de la línea conmigo. Lo hice por que es importante para él. Pero está jugando conmigo, o al menos intenta hacerlo.
Todo lo de ayer lo deja al descubierto, no sé si lo hace con intenciones pero no voy a meterme en medio de ellos. Las miradas de ayer me dijeron todo, no arruinaré lo que sea que tienen por una simple atracción física.
Debo centrarme en encontrar a los malditos que molestan a mis amigos y si sigo perdiendo el tiempo con estas cosas podrían dañarlos , y jamás me perdonaría si algo les pasara.