120.

219 15 1
                                    

Alex.

Comprendí que sería difícil, pero venir a Manchester fue un gran alivio, aunque extraño mucho, debo acostumbrarme a la idea de hacerlo, ya que no podré tenerlo más. He estado ignorando sus llamadas, dejando solo mensajes de disculpa; parece que ha entendido y me está dando espacio, lo cual agradezco, ya que rechazarlo me resulta incómodo.

Mi estadía aquí será útil para conectar con alguien que forma parte de mi plan B para alejarlo. Lo veo entrar al bar donde acordamos encontrarnos, un lugar que me pertenece desde hace tiempo, asegurando un refugio y aumentando mis ingresos. Al verme, se acerca con una sonrisa.

Bien, aquí vamos.

-Hola, morena - saluda tomando asiento cuando le hago señas con la mano.

-Dante - respondo, notando cómo sigue mis labios al pronunciar su nombre, lo que me hace rodar los ojos. - No estás aquí para actuar como galán, sino que me serás útil en una misión- voy directo al punto.

Abre sus ojos con sorpresa pero se recompone cuando cae en cuenta de que no fue una pregunta y no tendrá escapatoria.

-Te escucho- asiente.

Su relación con Lucca es nula, se llevan totalmente mal, lo que lo convierte en la elección perfecta para alejarlo de mí si otros métodos fallan.

Estoy decidida a salvar su vida, incluso si eso significa que tenga que luchar contra él en el proceso, incluso si tengo que hacer que piense lo peor de mí.

Y que me odie.

-Algo sucederá en los próximos días, no necesitas saber qué. Solo debes volver conmigo a Londres y seguir mi juego, sin preguntas y sin entrometerte demasiado- lo miro fijamente- No quiero interferencias de tu parte más que lo que yo pida que hagas.

Si, sé que es difícil que acepte algo de lo que no tiene conocimiento pero es lo que hará.

-Al menos debería saber que pasa- frunce el ceño.

-No, no deberías. Porque tu vida depende de mí en este momento. Tu protección está en mis manos, corre por mi cuenta, no lo olvides- aclaro- Todos estamos bajo la mira de los D'Angelo, y tú no eres la excepción - zanjo.

Lo traje aquí, a él y a su hermano, para apartarlos de nuestro camino en Londres y alejarlos de Lucca, quien podría matarlo en cualquier momento por sus estupideces. Pero también porque los D'Angelo están en busca de todos, y quiero mantener a los inocentes alejados de todo esto.

-¿Qué quieres que haga? - pregunta luego de un suspiro derrotado.

Respiro hondo antes de responder.

-No necesitas, ni te interesa, saber las razones, tampoco aceptaré preguntas. Me debes mucho y estoy cobrando sólo una parte- advierto, anticipándome a sus intenciones- Debo dejar a Lucca, y necesito que actúes como si fuera por ti, en el peor de los casos-agrego.

Veo la sorpresa en su rostro, pero no lo culpo; nadie creería que dejaría de amarlo si hasta ayer estaba dispuesta a dar mi vida por él.

-¿Por mí? - frunce el ceño con incredulidad.

Si, algo que jamás haría. Lo sabe incluso él.

-Sí, pero no te confundas. Amo a ese hombre con mi jodida vida, pero esto es necesario, y te usaré para ello- aclaro.

Parece sopesar lo complicado de la situación. Una mano se cierra en torno a mi hombro en señal de apoyo, João se sienta a mi lado en la barra, mirando al francés con una expresión sombría.

-¿Todo bien? - pregunta, mirándome.

Asiento antes de volver mi atención a Dante.

-¿Y bien? - levanto una ceja.

ContrarrelojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora