Nick.
Con Alex ya recuperada, tanto de la herida como de su ataque de ira, el festejo de que la misión salió como lo planeamos llegó junto con el fin de semana, rodeamos un club con seguridad privada sin correr la voz. Todo está estipulado para pasar una noche genial pero tengo un mal presentimiento, uno que me dice que no estaría tan genial, y que eso tendría que ver conmigo.
Pero no por eso iba a privar a mis amigos de su diversión.
Por lo que salgo con ellos, Kira es la única del equipo en no venir. No se sentía muy bien, eso es algo que no me tiene tranquilo en absoluto, pero la castaña nos había jurado que estaba bien y que en caso de emergencia nos llamaba.
La pista de baile al parecer se ve llamativa para mis amigos, Zack y Zoen van juntos por dos amigas que miran en nuestra dirección con hambre, Chris va a buscar diversión según sus palabras, James ha desaparecido cuando entramos, Alex está bailando con Lucca y Hanna debe estar por algún lugar. Me siento en el privado que reservamos, junto a una botella de whisky que es mi compañera de la noche, o eso creí hasta que una morena de lindas curvas se acerca a mi mesa.
-Hola guapo- habla sensual- ¿Puedo hacerte compañía?
No respondo, sólo me hago a un lado dejando que se siente, lo hace y pasa una de sus manos por mis hombros hasta llegar detrás de mi cuello, acariciando el cabello de mi nuca.
Me aparto cuando ese gesto se siente familiar, sólo que no provoca la misma sensación.
Me permito esto porque no hay sentimientos de por medio, porque puedo endulzar su oído con mentiras que ambos tenemos claro que no se cumplirán. Porque puedo acercarme y bailar sin necesidad de preocuparme por si eso provoca una ilusión en ella. Porque puedo aparentar ser alguien diferente sin dejar de ser un hijo de puta al menos por unos momentos. Sin compromisos, en dónde ella no sabe nada de mi ni yo de ella más de los inventos que se dicen en noches cómo estás.
Si bien no soy de hacerlo, necesito sacar a cierta persona de mi cabeza antes de que me haga replantearme las cosas que por fin puse en orden.
-¿Quieres bailar?- pregunta sonriente.
La inquietud con la que me dejó cierta castaña con su estado me tiene en otro mundo, por lo que me arrastra a la pista de baile y me dejó ir. Decido pensar que Peter, ese tipo con el que Kira sale, se está preocupando por ella ahora.
No la cuidará como tú.
Ojalá la cuide mucho más que yo.
Salgo de mis pensamientos cuando siento unos labios besando los míos. La morena sostiene mi cuello mientras toma mis labios en un beso.
- Quédate conmigo está noche- pide cerca de mis labios.
Mi cabeza automáticamente me lleva a esa despedida que me ha dejado sólo con ganas de más, esa que me supo amarga desde el momento en que supe que era sólo un adiós.
Debes dejar que Kira sea feliz con un hombre que si sienta cosas por ella, no seas egoísta y deja que ella tenga lo que merece.
Con esa idea en mi cabeza respondo lo primero que se me viene a la cabeza.
-Las que quieras- murmuro y vuelve a besarme.
Dejo que lo haga para ver si disipa mis pensamientos, más cuando me separo de ella, justo detrás de nosotros, se encuentra la protagonista de esos pensamientos.
Sus ojos no se apartan de nosotros, trae un corto vestido negro que debo aceptar ha sido malditamente fabricado para ella. Aunque no puedo admirarla mucho ya que se da la vuelta y se aleja entre las personas rápidamente.
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Contrarreloj
RandomAlex es sinónimo de peligro. ¿Su vida? Una carrera contrarreloj contra la propia muerte. Ella es la reina y pondrá a sus pies a quien se lo proponga. Así tenga que poner el mundo a arder. Carreras contrarreloj con la vida. Victorias por montones. ¿P...