38.

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Chris.

La rubia se me acerca de forma provocadora por lo que me alejo un poco, frunce el ceño y vuelve a intentarlo sin éxito.

-¿Pasa algo?- su voz me fastidia, siento que la cabeza comienza a dolerme . Veo una sonrisa macabra en su rostro y observo la copa de la que hace unos segundos estaba bebiendo. Mierda, un polvo blanco al final de la copa me confirmó lo que ya sabía, soy un imbécil, me acaban de drogar como a un jodido principiante.

-¿Qué pasa guapo? ¿Te sientes mal? A Aaron va a gustarle esto- se acerco a mi pasando su dedo por mi rostro. Tomó mi rostro y me besó, tras su distracción tomé el móvil de mi bolsillo y marque mi número de emergencia. Mis piernas no respondían, mi cabeza comenzó a dar vueltas- Ven aquí idiota -hizo una seña detrás de mi y dos imbéciles tomaron mis brazos levantándome para obligarme a salir del lugar. Una fiesta a las afueras de la ciudad, solo y en la situación en la que nos encontramos fue una idea bastante estúpida de mi parte. Una vez afuera me tiraron al suelo con brusquedad, mi cuerpo no respondía por lo que fue un golpe duro. Dos tipos más salieron de un coche estacionado a unos pasos de donde me encontraba, uno de ellos con un bate de béisbol .

Genial Cristian, ahora te romperán un par de huesos por imbécil.

-No te atrevas a tocarlo con esa mierda o vas a conocerme - su voz fría daba miedo.

Ahí se encontraba Alex Brown con su equipo al cual yo pertenecía y estaba poniéndolos en peligro. No pensé en  eso cuando la llamé. No pasó desapercibido que el mayor de sus vecinos también se encontraba ahí con el rostro impasible como los demás. El idiota a mi lado sonrió para luego darme un golpe en las costillas con el bate, podía soportar golpes como este, estabamos entrenados para soportar todo. Sus ojos se oscurecieron por la ira, sus puños se cerraron fuertemente antes de que una de sus manos fuera a su cintura sacando una Glock. Su Glock.

Apunto a su cabeza y le quitó el seguro.

-Te advertí que no lo tocaras- se acercó aún apuntando.

Zack se acercó a ella y se colocó a su lado, mirándola seriamente, ella bajó el arma, la puso en su cintura nuevamente. El efecto de la droga disminuía pero aún era potente. Alex se acercó al imbécil dando un puñetazo en su rostro. Luego de eso todo fue un caos, mis amigos arremetieron contra los imbéciles, Lucca también peleaba contra ellos, vi a uno de ellos sacar una navaja para acercarse a Zack. Antes de que las palabras salieran de mi boca, alguien lo empujó poniéndose delante de él, recibiendo la puntada por él. Alex sacó el arma de su cintura para dispararle al sujeto, dejándolo sin vida al instante. Zoen y Nick hicieron lo mismo mientras Hanna acababa con uno de ellos con sus cuchillos. James corrió a mi mejor amiga para poner la mano en su herida y evitar que sangrara tanto, Lucca se quitó la camiseta y se la tendió al médico para que hiciera presión.

-Estoy bien- Alex no dejaba de verme mientras James trataba de que se quedara quieta. Asentí en su dirección .

-Estoy bien pequeña- sonreí levemente para tratar de calmarla aunque estaba jodidamente preocupado por ella, necesitaba que se dejara atender.

Esto era una de las tantas cosas por la que la consideramos líder, no duda en dar su vida por nosotros. Intento ponerme de pie cuando veo una mueca en su rostro, lo logro tambaleando y me acerco a ella, me siento culpable, yo los llamé sin medir las consecuencias. Todo esto es mi culpa. 

Zack seguía en shock mirándola con miedo, esa chica acaba de salvarlo de una puntada, tal y como salvó a Zoen en esa carrera donde alteraron su motocicleta. No dudo en venir por mi ya que rápidamente estaba aquí, le debemos tanto a Alex.

-Debo curarte Alex, estas perdiendo mucha sangre- la blanca camiseta de Lucca ahora era un paño completamente rojo. Black se acercó a ella, podía ver el miedo en sus ojos, se veía desesperado, preocupado, la tomó en sus brazos y la montó en el coche de James para luego sentarse a su lado. Nick vino en mi ayuda y me ayudó a montarme también, esto se había ido de control. Nos la pagarás Aaron , prometo que lo harás.

ContrarrelojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora