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Alex.

No me miró en ningún momento ese día. Sé que no puedo culparlo, pero mi corazón no se siente capaz de soportar esta batalla. Los días siguientes no fueron distintos. Lo veía poco y, cuando lo hacía, era por trabajo. Solo se concentraba en lo suyo sin voltear a verme y luego se iba.

Por otro lado, la noticia de los mellizos fue grandiosa para la familia. Mamá no lo sabía porque no teníamos una excusa respecto a su madre, pero decidí darle un voto de confianza pese a que la mantengo vigilada. He visto su cambio y también sé que es lo que mi hermano quiere.

Después de todo, si algo sale mal, puedo buscarla y deseará no haber nacido.

Nuestra madre lloró toda la tarde cuando supo que Sean sería padre, mucho más cuando supo que serían dos. Es la mujer más feliz del mundo desde que se enteró de que iba a ser abuela, mi hermano le regaló una caja de terciopelo negra en donde dentro había un collar con dos zapatos de bebé en él, uno azul y uno rosa junto a la inscripción: "Voy a ser abuela".

Por supuesto no tardó en recordarme que tengo la posibilidad de que me suceda lo mismo cuando decida tener hijos, por genética.

Las probabilidades eran casi del 100% por el hecho de que Lucca también tiene un par.

Pero todo se fue al demonio y ahora no pienso en hijos porque la única persona con la que quiero tenerlos me odia.

Mi cabeza punza con fuerza, pero no me detengo. Sigo golpeando la bolsa de boxeo. Ha pasado más de un mes desde aquel día y, luego de funcionar en automático todo el día, necesito descargar tensiones.

Oigo la puerta del gimnasio abrirse y me preparo para, la que espero, sea mi última actuación del día.

-¿Qué haces? -Hanna se adentra y doy un último golpe antes de tomar la toalla y pasarla por mi frente.

-Entreno un poco -alzo los hombros- Tengo un día largo mañana y no podré hacerlo.

La realidad es que este es mi método de liberar lo que llevo dentro, es mi intento de mantener mis demonios quietos. Se sienta en el ring y me tira mi botella de agua que tomo fácilmente demostrando mis buenos reflejos.

-¿Todo está en orden?- pregunta luego de unos segundos de estar estudiándome.

No podrá ver nada.

-Claro- sonrío- Te dije que todo estaría bien.

Me mira por unos segundos mientras vuelvo a poner esa máscara de tranquilidad que he perfeccionado tan bien.

-Me sorprende que lo estés llevando tan bien- comenta cuando llega a mi lado.

-Fue por el bien de ambos- respondo con calma.

No dice nada y lo agradezco.

-Ya todos están aquí -nos informa Chris, asomándose por la puerta.

-Vamos- le diigo y de inmediato camina conmigo hacia la salida- Tenemos trabajo que hacer.

Estamos trabajando para atrapar a uno de los criminales más meticulosos y peligrosos de Londres. Salimos del gimnasio y nos dirigimos a mi estudio, donde, al entrar, puedo ver a todo el equipo.

Incluyendo a Axel, João, Zack y Lucca.

-Bien, tenemos mucho que hacer y debemos comenzar hoy mismo- aseguro la puerta antes de acercarme a mi escritorio. Axel besa mi cabeza antes de darme la carpeta con la información necesaria- El hombre en cuestión es Nathaniel Jones.

-¿El dueño de Pharmacorp?-pregunta Zack, de brazos cruzados.

Me alegra tenerlo de nuevo. A todos de hecho, pese a que Zoen se mantiene reacio a recuperar su antigua relación.

ContrarrelojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora