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Nick.

Todo se ha salido de control, ella lo ha hecho.

Las noticias de la explosión ya están en por todas partes. Nadie sabe lo que pasó aún pero es cuestión de tiempo.

Aunque confío en ella más que en mi mismo incluso, sé que algo tiene planeado.

No ha vuelto, Lucca tampoco aunque envió un mensaje diciendo que todo está bien y que la está vigilando. Alex ha tomado decisiones apresuradas este último tiempo, dejar a Lucca es una de ellas y aunque no la culpo ni jamás pongo en duda sus decisiones, tengo que protegerla de ella misma.

La caricia en mi nuca me hace bajar la cabeza para recibirla y cerrar los ojos. Mis músculos tensos se relajan con el beso en la espalda de mi linda castaña.

-Tranquilo amor- murmura bajo, ese tono que logra calmarme- Confío en ella y en sus razones. Encontrará una solución, es Alex.

-Y quiero que siga siéndolo- volteo y la acerco a mi para abrazarla- He visto a Alex fuera de control, pocas veces, pero lo he presenciado. Deja de ser ella, castaña.

No habla, solo acaricia mis brazos que rodean su cintura mientras su espalda está apoyada en mi pecho.

-Cuando lo que oculta en su interior sale a la luz y toma el control, incluso es un peligro para sí misma- murmuro- No piensa en consecuencias, puede causar una masacre sin una pizca de remordimientos o sin importarle lo que eso conlleve- hago una mueca- Como lo ha hecho ahora.

-Lo que había en ese lugar era...- no encuentra las palabras.

-Un infierno- termino por ella- Y yo habría hecho lo mismo en su lugar. Pero cada acto que desencadene su furia desmedida en este momento, la acerca un paso más a perderse.

Beso su hombro, apoyando mi mentón en su cabeza.

-Nosotros, ambos, somos bombas de tiempo. Nunca sabes cuando vamos a explotar y dejar todo en cenizas- explico- Desde niños, aprendimos a controlarnos, a buscar un ancla que nos mantenga aferrados al suelo, a la realidad. La buscamos por años, ambos, hasta que por fin las encontramos.

La hago girar entre mis brazos para ver esos lindos ojos cafés.

-Tú eres la mía, me mantienes aquí, con los pies en el suelo y mi infierno personal controlado por el ángel que eres- acaricio su mejilla- Lucca es la suya y acaba de perderla. Busca aferrarse, sé que está luchando consigo misma por mantenerse en control pero he estado en su lugar y sé lo mucho que eso nos consume.

-Tenemos que ayudarla- sus ojos se cargan con preocupación.

-Quisiera con todas mis fuerzas hacerlo- admito- Pero Alex levanta una pared de concreto a su alrededor, jamás podrás entrar en su cabeza para callar sus demonios- siento el dolor en mi pecho por no poder hacer nada- Sólo él ha podido, y todo está tan jodido que incluso repele a la única persona que puede ayudarla.

-No podemos quedarnos de brazos cruzados- insiste.

-Y no lo haré, no dejaré que se pierda aunque tenga que encerrarla- la determinación clara en mi voz- Aunque me gane su odio en el camino, debo darle el golpe de realidad que la saque de su trance. Porque nadie está sufriendo más que ella en este momento, aunque se vea fuerte por fuera- sé que nada está bien- Ella jamás se rindió conmigo, yo tampoco lo haré.

Claro que no lo haría.

(...)

Azoto el cuerpo contra la pared más cercana con fuerza sacándole un quejido.

-Déjate de jodidos juegos, insecto- gruño en su cara- No agotes mi maldita paciencia porque te mandaré en pedazos a Francia.

Se está orinando del miedo, pero ya está situación me tiene harto. Este tipo se pasa intentando hacer de la vida de Lucca una mierda. Sé que si mi amigo hace algo al respecto este tipo estará muerto en segundos, como también sé que no lo hace porque tiene una extraña cercanía con Alex.

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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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