Hanna.-¿Qué haces aquí?- me sorprendo al ver a Matt tras la puerta de mi departamento.
Ya se había tardado en aparecer a querer entrometerse en mi vida sin él.
-Quería verte- sonríe de lado y me contengo para no hacer una mueca.
Lo conozco, sé que este es otro de sus juegos pero esta vez no estoy dispuesta a soportarlos.
-Estoy ocupada- quise cerrar la puerta pero su pie me detuvo. Mierda, debo apurarme, James me llevará a ver a su madre hoy y aún debo terminar de arreglarme.
Decidí venir a mi departamento a prepararme para evitar que los chicos nos vieran y comenzaran con las preguntas.
-Oh vamos Hanna ¿Seguirás con el mismo jueguito?- bufa.
-¿De qué hablas?- frunzo el ceño con molestia.
-Del jueguito de darme celos con el idiota de James- ríe de forma burlona.
Dios, su ego es demasiado grande.
-No sabes que mierda dices- volví a intentar cerrar la puerta en su cara pero volvió a detenerme.
-Sigues enamorada de mi Hanna, siempre lo estuviste y lamento decirte que no podrás olvidarme.
Es el momento de presentarles el imbécil que siempre fue.
-Las cosas cambiaron Mattew, ahora vete- lo empujo fuera, pues estaba empezando a adentrarse a la casa.
-Sabes que tarde o temprano te cansarás de él, de aparentar y volverás a mi- su voz cargada de confianza y burla sólo hacen que me den ganas de golpearlo.
-Estás equivocado y dije que te vayas- lo empujo fuera nuevamente.
Claramente no vi venir nada de lo que pasó después. No noté cuando se acercó a mi rápidamente para sostener mi rostro y besarme, muchísimo menos esperé ver a sus espaldas a un hermoso chico con una expresión de tristeza, enojo y desilusión mientras miraba como otro idiota me besaba y yo no hacía nada por mi estúpido shock.
Cuando lo vi echar a andar a su auto fue que le di un fuerte empujón a Matt y corrí detrás de él. Tengo que explicarle que no sentí nada con ese estúpido beso, que solo él despierta las mariposas en mi estómago, que solo él me hace sentir segura y amada, que ya no estoy dudando, hace mucho que he dejado de hacerlo y tengo claro lo que quiero. Lo quiero a él, ahora y siempre, lo elijo a él antes que a nadie. Pero no puedo hacerlo cuando antes de salir a toda velocidad veo sus ojos enrojecerse, destrozando todo dentro de mi.
Sin dudarlo me vuelvo hacia Mattew con furia.
-No quiero volver a verte en mi vida ¿Lo entiendes?- mi voz comienza a quebrarse pero no pierde determinación- Por tu maldita culpa puedo perder al hombre del que estoy enamorada, por tu jodida culpa lo lastimé, por tu maldito egoísmo estoy apunto de perderlo. Y créeme que si eso pasa te arrepentirás. ¿Aburrirme de él?¿Volver a ti? Por dios, es lo más ridículo que has dicho. Es él quien me enseñó lo que es un verdadero hombre, es él quien me hace sentir amada y no un maldito juguete sexual. Él es un verdadero hombre, mi hombre. Entiende de una puta vez que no volvería a ti ni aunque me pagaran. Ahora vete de mi puta vista y trata de no volver a cruzar palabra conmigo- entro a mi casa dejándolo atrás para siempre. Y llorando a mares porque puedo perder a James.
Siento miedo por primera vez, siento un pánico que no me deja respirar, no puedo perderlo, no, no puedo ni quiero perderlo. Suelto un sollozo cargado de dolor para poder liberar mi pecho de esa presión pero eso no sucede, solo crece y crece. Lloro porque no puedo sin él, porque no se lo dije a tiempo, por entrar en un maldito transe, por herirlo. El timbre suena y corro a la puerta con la esperanza de que haya vuelto por explicaciones, que sin duda pienso darle.
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Contrarreloj
RandomAlex es sinónimo de peligro. ¿Su vida? Una carrera contrarreloj contra la propia muerte. Ella es la reina y pondrá a sus pies a quien se lo proponga. Así tenga que poner el mundo a arder. Carreras contrarreloj con la vida. Victorias por montones. ¿P...