46.

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- Calma- toma mi rostro haciendo que vea sus ojos- Todo estará bien, lo prometo- rodeo su cuerpo y lo abrazo. Agradezco que esté aquí.
Su móvil suena, sin embargo lo ignora mientras acaricia mi cabello. Pero este vuelve a timbrar.

-Contesta- me alejo un poco. Él gruñe y se niega pero insisto.

- ¿Hola?- contesta y me observa- Ella está bien James- Está bien, lo haré- cuelga- Tus amigos están preocupados por ti- me dice.

-Lo sé pero ellos lo saben- me acerco al lago - tiendo a alejarme, sobre todo cuando colapso. Normalmente ellos me buscan en mi lugar favorito y me acompañan hasta que esté bien. Solo que mi lugar ha cambiado y ellos no lo conocen- observo el agua mientras oyo sus pasos.

-¿Por qué no te apoyas en ellos?- me rodea desde atrás.

-Porque los lastimaría- no me perdono ciertas cosas que han pasado- Hace años, tenía unos diez años cuando tuve mi primer ataque de ira, recuerdo que estabamos en la escuela, unos niños habían golpeado a Matt, mi hermano intentó defenderse pero eran varios y él sólo uno. Salimos al patio de juegos con mis amigos y lo encontré detrás de uno de los juegos, estaba todo golpeado y lloraba. Me enfurecí, mi vista se nubló y mi respiración se aceleró, era una sensación nueva, algo que no había experimentado jamás, era un enojo indescriptible y no pensé, solo corrí a buscarlos. Mis amigos intentaron detenerme, sin embargo no los oía, sólo tenía una cosa en mente- los recuerdos llegan- que esos idiotas pagaran por lo que le hicieron a mi hermanito. Nick trató de detenerme, tomó mis manos diciendo que parara, que me metería en problemas y papá me regañaría, y lo golpeé. Sólo lo hice, mis amigos de quedaron en silencio observando a Nick en el suelo y a mi. Él se levantó limpiando su labio, lo había herido- no me lo perdonaba. Habían pasado mas de diez años y no lo podía simplemente olvidar- Él solo me dijo que estaba bien, fue un golpe fuerte ya que me entreno desde niña. Pero él solo me sonrió diciendo que entendía, que estaba bien. Pero para mi no lo estaba. Luego aprendí a controlarlo, papá me enseñó, también a aislarme para no dañar pero a veces solo no puedo controlarlo y prefiero alejarme.

- Pero es diferente ahora, ya eres mayor y sabes controlarlo. Ellos quieren ayudarte, quieren estar para ti como tú lo estás para ellos- murmura suave en mi oído.

-No me siento lista aún- susurré.

Mi móvil vuelve a sonar, Chris , y vuelve a doler. Le cuelgo, no quiero hablar ahora.

Estuve unas horas en ese lugar con Lucca, él solo estaba ahí, haciéndome saber que estaba para mi si lo necesitaba y se lo agradecía. Nos encontrábamos volviendo a casa donde encuentro aparcados los autos de mis amigos y a ellos en la puerta, con mirada preocupada. Lucca se baja de su moto y se acerca a la mía, quitándome el casco con suavidad.

-Recuerda, los necesitas cielo- asiento.

Al verme corren a mi, Zoen me toma en sus brazos abrazandome fuerte. Poco a poco todos se unen, menos Chris, que está sentado en el pórtico con la cabeza abajo.

Hanna toma mi mano y me aleja de los chicos.

-Escucha cariño- pone un mechón de mi cabello detrás de mi oreja- Es un idiota ¿Está bien? Nada de esto es tu culpa, hiciste lo que cualquiera de nosotros hubiese hecho al verlo en esa situación. No estás obligada a nada, si no quieres hablar me llevaré a estos simios y te daremos espacio. Si nos necesitas estaremos aquí, pero no estas obligada a hablarle si no quieres. Toma tu tiempo, él te esperará porque fue su error. Te apoyo en lo que decidas, tú solo házmelo saber y los sacaré de aquí- me da un abrazo que me reconforta. Ella siempre estará a pesar de todo. James se acerca y me abraza fuerte, él es como mi hermano mayor.

ContrarrelojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora