40.

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Lucca.

La observaba dormir, era tan relajante verla dormir, la observaba fascinado mientras ella estaba perdida en sus sueños. Su rostro tan delicado se encontraba relajado, sus labios entreabiertos me estaban matando.
Habiamos estado en mi casa hasta altas horas con todos sus amigos, Dereck se encontraba mucho mejor y Jace estaba bien con el tratamiento que James le estaba dando por lo que pudo disfrutar una  rato agradable sin tener sus fuertes dolores.  Se removió arrugando la nariz, captando mi atención.

-Lucca- susurró en un suspiro.

Creí que me buscaba pero me equivoque, estaba soñando, conmigo. Sus puños apretaron la sabana en un puño y solto otro suspiro seguido de un leve gemido.

Mierda, ¿Estaba teniendo un sueño húmedo o solo es mi imaginación?

Comenzó a sudar terminando de confirmar mis sospechas, sus ojos se abrieron de golpe buscándome con la mirada. Al encontrarme veo sus ojos en llamas, se acercó a mi, que estaba sentado en su cama, y se trepó en mi regazo para pasar sus manos por mi cuello y acercarme a ella. Se detuvo, a centímetros, alternando la mirada entre mis labios y mis ojos, su respiración agitaba chocaba con mi boca.
Me besó sin más, tomo mis labios demandante, caliente, sensual. Su lengua me invadió llenando de llamas mi interior, un fuego que amenazaba con no dejarme respirar, no pensábamos con  claridad, se nos olvidó nuestras reglas por mantenernos en zona de amigos, se nos olvidó que no debíamos besarnos porque podría arruinar lo que formabamos. Se nos olvido el mundo, solo existían nuestro beso, nuestros  cuerpos pegados y todo lo que estabamos sintiendo. Sus manos se colaron bajo mi camiseta con una necesidad y desesperación que me sorprendieron, sus manos se posaron en mi torso enviando miles de sensaciones a todo mi cuerpo.
Se separó con los labios hinchados y una mirada llena de deseo, me dejó atónito.

-No pude aguantar- su reputación agitada chocaba con mis labios - Lo siento pero no pude resistirme- volvió a dejar un beso candente en mis labios.

-¿Enserio lo sientes?- susurro por lo cerca que se encuentra.

-Mierda no, no me arrepiento de nada- me da otro beso húmedo.

Cerró sus ojos, respiró profundo intentando calmarse, suelta un gruñido para alejarse de mi, de inmediato extraño su cercanía. Pasa las manos por su cabello soltando un suspiro, sus ojos me enfocan y muerde sus labios.

-Deja de mirarme asi, porque créeme, toda mi fuerza de voluntad está tratando de no besarte esos irresistibles labios - sonrió coqueto y ella suelta una exclamación de frustración - Tomaré una ducha fría,  hace calor aqui- toma lo necesario y entra al baño dejándome con una sonrisa de estúpido.

Me encanta, de verdad lo hace, desde que somos unos niños. La he observado cada maldito segundo de mi vida como un jodido acosador. La conozco más de lo que cree, a lo largo de estos años he conocido todo de ella.  Recuerdo verla por horas desde mi balcón, aunque solo estuviera ahí en su habitación  sin hacer nada, yo la observaba. Es mi amor de toda la vida, me parece tan irreal que ahora me haya besado con esa necesidad, que haya entrado a su vida, que sueñe conmigo. Desde que llegué y la vi peleando con Zack en el jardín me atrapó, no se como ni por qué, solo sé que desde ese día me volví su admirador. Y es que es tan increíble, única, hermosa, tan mujer que ninguna puede captar mi atención como ella lo hace. Sin saberlo tiene todo de mi, tiene mas de lo que cualquiera ha obtenido de mi. Mierda, hasta las canciones que hago o canto son para ella. Unas gotas caen en mi rostro haciendome volver a la realidad, su rostro está a unos centímetros del mio con una expresión de duda en su rostro.  Las gotas provenían de su cabello mojado.

-¿Estás bien?- se aleja para buscar su cepillo y sentarse frente a mi mientras arregla su cabello.

-Si, solo pensaba- trae una camiseta que reconozco, es la que dejé aquí cuando los idiotas de las carreras fuera de la ciudad me drogaron. De repente me siento feliz, verla con mi ropa me encanta, le queda perfecta- La dejaste aquí, me gusta- se encoge de hombros.

ContrarrelojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora