La única luz que había en la habitación era de la luna que penetraba en la ventana. En el techo estaba enganchada una cadena y al final de ésta se encontraban unas esposas en las cuales Peter estaba atado con sus brazos extendidos hacia arriba. Apreté fuerte la fusta y volví a golpear su trasero con ella. Él sólo cerró los ojos fuerte levantando la cabeza que tenía gacha segundos atrás. Al parecer ya se estaba acostumbrando y parecía que le gustaba.
—Deja de hacer eso —dijo lentamente con dientes apretados.
—Pero pensé que ya te estabas acostumbrando —dije cruzándome de brazos aunque sabía que él no podía verme.
—No soy un maldito masoquista —dijo con los dientes apretados—. A ver, vamos a ponerte a ti aquí y dame a mi la fusta. Coño, yo no soy ningún Anastacio.
—No me voy a poner en tu lugar. Tal vez te aproveches y me golpees fuerte —le contesté acercándome un poco más a él.
—¿Cómo lo haz estado haciendo tú? —me preguntó.
Yo le di tremendo fustado en la espalda y él se quejó.
—No hagas eso —me dijo en un lloriqueo.
—No debiste dejar que te atara —le dije y volví a darle un fustazo en el mismo lugar.
—Yo no me deje. Le hechaste algo a mi bebida y luego me trajiste aquí —dijo y miró hacía arriba—. ¿Cómo diablos pusiste eso en mi techo?
—Internet te enseña muchas cosas —dije sonriendo.
Caminé hasta quedar en frente de él y tomé su mentón con la punta de la fusta pero él no me miró. Mantenía la mirada en el suelo y yo mordí mi labio inferior. Le sonreí pero él aún así no me miraba, intentaba con todas sus fuerzas de ignorarme y eso hacía que la sangre hirviera en mis venas. Le pellizqué la nariz y él volteó la cara.
—¿Por qué haces esto? —me preguntó.
—Porque —dije y lo solté caminando hasta la cama y sentándome—, no encuentro otra forma de quitarme esta furia de encima.
—¿Por qué estás molesta, cariño? —me preguntó alzando la mirada.
—Mis padres están vivos —dije y las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos.
El pequeño clavo con el que apunté la cadena en el techo se desprendió y la cadena con todo y clavo le cayó en la cabeza a Peter. Reí pero a él no le hizo gracia. Se levantó con las esposas aún puestas pero la cadena se quedó en el suelo. Se sentó a mi lado en la cama.
—¿Ahora ves muertos? —me preguntó—. Explícame que no entiendo —me dijo mirándome con ojos tiernos.
—Mis padres nunca murieron. Están en otro país y el maldito de Pasquarelli fue tan insensible al decírmelo de golpe.
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Querida Mégane/Querida Jessy
FanfictionHistoria de Mégane Pasquarelli y Jessy Lí. Continuación de la trilogía "Niña Mal". Cuarta y Quinta temporada de Niña Mal. •ADAPTADAS• La famosa familia Pasquarelli ha tenido desde siempre descendientes problemáticos y extraños, pero Mégane quiere s...