Querida Jessy | Capítulo 06: Mientras más grande, mejor

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•Mégane•

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Mégane•

Mi corazón prácticamente se detuvo. Pero no, no podía malinterpretar lo que él había dicho, aunque era imposible no hacerlo. Tomé un mechón de mi pelo mientras asentía y le indicaba que me siguiera. Apagué la luz y Finn cerró la puerta cuando salió. Caminé por el oscuro pasillo buscando la habitación que el tío Lí me había preparado para cuando viniera, pero yo siempre me quedaba con Cath y Andrew en su habitación.

Entré y seguido encendí las luces. Era una habitación un poco más pequeña que la mía en casa. Tenía una cama tamaño king en un lado y un sofá frente a ésta. Estaba pintada de blanco y tenía un armario blanco en una esquina, también, una puerta que llevaba a un baño. Había también una alfombra de piel sintética blanca y negra. Me adentré a ella y me quité los zapatos.

—Dormiré en el sofá —me dijo.

—Descuida, hay suficiente espacio en la cama —dije y caminé al armario para buscar alguna pijama para dormir.

—No quiero incomodarte —escuché que dijo.

Me quité la chaqueta que tenía puesta quedándome con una simple blusa blanca de tirantes. Busqué entre la ropa que había pero sentí una mano sobre mi hombro, lo que me hizo voltear. Cuando lo hice, me encontré a Finn vestido únicamente con unos jeans negros. Hizo un movimiento y puso la camisa que tenía hace un rato cerca de mí. Me di la vuelta y me ayudó a ponérmela. A pesar de que era del tío Lí y que Finn no la había utilizado mucho tiempo, la camisa olía a aquel chico de ojos azules.

Cuando volví a voltearme, Finn estaba más cerca de mí, por lo que pude apreciar mejor su torso desnudo. Puse toda mi fuerza de voluntad en no bajar la mirada, pero se me hacía imposible. Me alejé de él y volví al armario para buscar unos shorts y ponérmelos. Me acerqué a la cama para acostarme, el chico me observaba fijamente, lo que llegó a ponerme algo nerviosa. Lo vi acercarse a mí y segundos después comenzar a abotonarme la camisa lentamente. Tuve que contener la respiración para no dejar que notara que ésta era entrecortada. Se alejó cuando terminó y fue a acostarse en un lado de la cama. Despejé mi mente de las estupideces que me cruzaban por ella y me acosté. Aún así, mi mente estaba inquieta, nunca había dormido con un chico. Él no me va a violar, de todos modos.

«Eso crees tú»

El pequeño demonio en mi hombro había aparecido pero estaba justo en mis narices. Me miraba con una sonrisa divertida en el rostro, como si se estuviera divirtiendo con la situación, lo que me molestó bastante. Quise darle un zape pero me vería muy desquiciada si lo hiciera. Mejor cerré los ojos e intenté dormirme.

Luego de que yo me decidiera a no ser más una chica mala, el angelito en mi hombro había desaparecido y en su lugar estaba el pequeño engendro intentando que yo hiciera cosas malas. ¿Qué si irme a beber? Divertido. ¿Qué si hacer una fiesta y destrozar la casa?, excelente. ¿Qué si empujar a Itzitery por las escaleras?, vamos, en eso estaba de acuerdo con ella.

Querida Mégane/Querida JessyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora