•Finn•
Sentí los brazos de Mégane rodearme y me sentí liberado, una sonrisa se dibujó en mi rostro pero desapareció justo como llegó. A mi mente llegaron las palabras que dijo en la peluquería y mi rostro enrojeció de golpe. Apreté mis puños sobre el manubrio y aceleré en la motocicleta. Ella se apretó más contra mí y yo aceleré más, sin importarme nada en realidad. No había muchos vehículos en la calle y eso me simplificaba todo.
La furia me había llenado por unos segundos, pero luego me dije que no tenía sentido molestarme, lo que había dicho ella era mentira, debía serlo. Sentí que mis ojos picaban y los dejé libres pos si querían verter algunas lágrimas, pero ninguna salió. Noté las piernas de Mégane rodearme y aceleré más, sintiendo el corazón de la chica en mi espalda, pero no se atrevió a decir nada.
Pasamos por las mansiones Pasquarelli, pero no me detuvo en ninguna de ellas, seguí mi camino sin importarme nada, sólo yo y ella. Era lo único que me importaba. Debía tener un momento a solas con ella, poder abrazarla por unos momentos y besarla. Sé que estaba molesta, le había fallado, todo era mi culpa. Pero la amaba, la amaba como nunca creí amar a nadie.
Los árboles comenzaron a ser visibles para mi vista, el tiempo pareció ralentizarse y mi corazón se movía con molestia dentro de mi pecho, como si quisiera escapar de allí. Me detuve de repente sin saber en dónde estábamos. Dejé escapar el aire que estaba reteniendo y cerré los ojos, apoyándome en el manubrio y Mégane se mantuvo abrazada a mí.
—¿Qué hacemos aquí? —preguntó por fin pero yo no contesté—. Finn, llévame a mi casa. ¿Por qué coño me trajiste?
Me voltee para verla por haber dicho esa palabra, pero me encontré con una expresión de miedo que revolvió algo dentro de mí. Ella estaba casi paralizada y su hermoso rostro estaba pálido como la nieve. Recordé de pronto lo que yo le había hecho y me levanté de la moto deprisa y la cargué para bajarla.
Ella se puso a la defensiva al momento en que la toqué, pero su semblante aún estaba de la misma manera. Puso los brazos en jarra y me observó desde abajo con ojos ardientes. Ella me golpeó al notar que una ligera sonrisa se dibujaba en mis labios y yo sólo pude reírme de aquello. Su golpe había sido más como una caricia y al parecer ella lo sabía.
—Llévame a casa, imbécil —me dijo pero yo no le hice caso. Ella continuó golpeándome y yo riendo—. Eres un enfermo mental. Vamos, llévame a casa.
—Claro que te llevaré a casa —le respondí suavemente y ella me contempló por unos instantes, antes de que yo la subiera en mi hombro y comenzara a adentrarme en los árboles.
El lugar no era exactamente bonito, pero era aceptable. Még pataleaba sobre mí pero yo sólo seguía caminando, esquivando de vez en cuando alguna rama, una piedra muy grande o algún animalito muy peresoso como para quitarse de mi camino. Reacomodé a la chica sobre mi hombro cuando sentí que podría quitarse de encima de mí y seguí, dándole una palmadita en una pierna.
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Querida Mégane/Querida Jessy
FanfictionHistoria de Mégane Pasquarelli y Jessy Lí. Continuación de la trilogía "Niña Mal". Cuarta y Quinta temporada de Niña Mal. •ADAPTADAS• La famosa familia Pasquarelli ha tenido desde siempre descendientes problemáticos y extraños, pero Mégane quiere s...