Capítulo 47: La boda

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Catherine

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Catherine

El hijo de puta de mi papá me había confesado que pronto ya iba a ser la boda. ¿Y yo qué hice? Agarré su vodka de la nevera y me lo bebí como agua. De esa noche sólo recuerdo haber visto a Jessy llegar de su cita con James y luego desperté al día siguiente en el suelo. Me sentía nerviosa y ansiosa. Aunque todo había ocurrido demasiado rápido yo amaba a Jasson y quería casarme con él.

Los días que habían pasado fueron muy intensos, demasiado diría yo. Lu y Matteo hicieron público que se casarían, Simón y Daniela estaban en planes de divorcio y Mégane estaba cada vez más extraña. Lo peor, era que me partía el corazón ver cómo estaba mi hermana Jessy. Desde que se había ido James ella estaba destrozada.

—Creo que deberíamos llevarla a algún lugar —me dijo Mégane.

Estábamos en su habitación del departamento de Simón y Daniela. Yo había ido para estudiar pero no estaba haciendo eso. Me acosté en la cama disfrutando un rato de estar libre del pequeño Andrew, tenerlo cargado todo el día cansaba. Y lo peor era que lloraba con todo el mundo hasta que yo lo cargaba, no duraba mucho con nadie, excepto con Jasson y Mégane.

Mégane me explicaba lo que estaba leyendo pero no le ponía atención. Mi mente vagaba por demasiados lugares como para detenerse en las tareas.

—Ella necesita ver el mundo un rato —continuó Mégane—. Siempre encerrada... —suspiró—. Nunca se va a recuperar.

—Tal vez no quiera —dije mirando el techo—. Seguro quiere sufrir un poco.

—Nadie quiere sufrir —me dijo mirándome por unos segundos y luego volviendo a su libro.

—Pero a veces es necesario —dije—. Los que nunca han sufrido se preguntan cómo se sienten y luego se arrepienten.

—Estás muy filósofa —dijo Mégane riendo—. Nunca había visto esa parte de ti.

—Digamos que... —estiré los brazos por encima de mi cabeza—. La he tenido muy escondida.

Mégane me miró de nuevo y comenzó a escribir luego en su cuaderno. Salí de la habitación para ir a buscar algo de comer en la cocina y vi a Simón sentado en un taburete de la cocina mientras Daniela estaba hablando con él desde el otro lado del desayunador. Se veían muy serios así que caminé lentamente para atrás para volver con Mégane.

Entré tan rápido a la habitación que espanté a Mégane. Ella me miró con el ceño fruncido y luego se estiró para ver por la puerta, yo la cerré.

—¿Qué pasa? —preguntó curiosa.

—Explícame —dije y me puse en cuclillas a su lado—. ¿Qué ha pasado con Simón y Daniela? ¿Se van a divorciar?

—No sé —me contestó—. No me han dicho nada. Daniela tan sólo viene conmigo a veces pero no hablamos de eso —ella miró hacia la puerta y luego otra vez a mí—. ¿Por qué lo preguntas?

Querida Mégane/Querida JessyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora