Capítulo 26: Misifus el genio

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Sentía que en ese momento iba a morirme

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Sentía que en ese momento iba a morirme. ¡Qué diantres! ¿Cómo mierda iba a dar a luz con poco tiempo de embarazo? Abrí mis ojos como platos y observé a mi prima que se había puesto blanca como el papel y miraba su pancita casi invisible pero que se notaba. La tenía desde hace meses y entonces comprendí.

—¡Llamen a Discovery H&H, tenemos otro capítulo de No sabía que estaba embarazada en el especial ¡Lo sabía pero iba a abortar y parí! —dije haciéndome la indiferente desde el suelo.

—Bueno, señorita, espero que sepa como parir. Cuando le diga puja, puje. ¿De acuerdo?

—¿Qué mierdas? —preguntó Cath asustada—. ¿Cómo qué pujar? ¿Cómo si fuera al baño?

—Así mismo —dijo el doctor y Cath gimió de dolor—. Que mala suerte la suya.

—¡Me duele! —gritó Cath—. ¡Vamos a ver si me saca a Misifus!

El doctor la observó por unos segundos confundido y luego le pidió a mi prima que puje.

—¡Así no, niña, se te van a salir las entrañas! —le gritó el doctor—. Despacio...

Cath asintió con lágrimas en los ojos y me observó. Me levanté rápidamente para salir en busca del maldito que engordó a mi prima. Claro, el muy hijo de puta se quedaba en el auto mientras a ella hasta se le salían los sesos por abajo.

Corrí por los pasillos a pesar que una maldita enfermera metiche me dijo que no lo hiciera y fui hasta el parqueo para encontrarme con Jasson apoyado en el volante del auto. Me acerqué lentamente al verlo tan callado y toqué varias veces la ventanilla hasta que él levantó la vista y pude ver su nariz y sus mejillas rojas. Sus ojos estaban empañados en lágrimas y tenía tremendas ganas de comermelo a besos para que no estuviera tan triste; abrió la puerta y salió limpiando las lágrimas.

—¿Qué pasó? —me preguntó—. ¿Se murió ella tambien? Maldita asesina.

—Jasson, Cath está al dar... ¿Cómo diablos le dijiste?

—Que importa.

—Bueno, la mierda es que se te cumplió el deseo. ¡Cath está dando a luz!

Lo sentí trastabillar, lo tomé por un brazo para que no se cayera. De seguro no se creía lo que le estaba diciendo. Aunque, para ser sincera, tampoco me lo hubiera creído. Aunque Jasson se lo merecía, el pobre al parecer sí quería ser padre y sabía que Cath por más pendeja y miedosa también pero por desgracia salió a su madre con la fobia al matrimonio. Linda familia. ¿No?

—¡Corre coño, no hay tiempo! —le grité tomándolo por un brazo.

Corrimos ambos hasta dentro del oficial esquivando a los estúpidos enfermeros hasta llegar hasta la sala de abortos, que se convirtió en sala de partos y empujamos la puerta para encontrarnos con la escena más asquerosa y hermosa de nuestras vidas; Cath estaba de piernas abiertas en la camilla mientras tenía en brazos a la criatura que en ese momento estaba cubierto por una mantita blanca. Me acerqué lentamente con Jasson detrás y observé a la criaturita en brazos de Cath, ojos Pasquarelli y el pelo de Jasson, unos labios pequeños y rosas. No me aguanté, mi mano golpeó la mejilla de Cathy.

Querida Mégane/Querida JessyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora