Capítulo 40: ¿Es gay?

23 5 0
                                    

Desvié mi mirada de la de Peter y sentí como mis mejillas tomaban un ligero color rosa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desvié mi mirada de la de Peter y sentí como mis mejillas tomaban un ligero color rosa.

No puedo creerlo, aunque, le fui infiel muchas veces, no puedo creer que le fui infiel con un bisexual.

O peor, que le haya sido infiel con alguien que no era Tyler.

Me levante de repente pues no quería seguir junto a Peter. La vergüenza me llenaba y no podía verlo a los ojos.

¿Me había visto con Finneggan?

Joder, con razón me odiaba.

Antes siquiera de poder dar varios pasos mis piernas flaquearon y caí envuelta en los brazos de Peter. Él me sostuvo pero aún estando tan cerca de él podía sentirlo a miles de kilómetros. ¿Lo he desilusionado?

Joder. No quiero que se aleje de mí. Pero aún quiero saber porque me botó ayer.

•••

—¡Mégane! —gritó alguien y yo voltee aún en brazos de Finn.

Puse los ojos como platos al ver como Peter salía de un Jeep blanco con ojos brillantes de lágrimas y se posaba frente a mí. Me tomó del brazo con fuerza y me acercó a él. Me sentí como una niña pequeña.

—¿Cómo pudiste? —me preguntó entre dientes y supe que luchaba por no echarme a gritar.

—¿De qué coño hablas? —le pregunté al extraño—. ¿Quién eres?

La ira dejó paso a la confusión y el extraño miro a los chicos tras de mí y luego de vuelta a mis ojos. Me soltó tan rápidamente que casi me caigo y camina hasta los chicos.

—Tengo un novio lechero y él no tiene senos —comienzo a cantar y me dejo caer en el suelo cantando.

—¿CÓMO SE ATREVIERON A DROGAR A MÉGANE?

—Él está regañando a mis amigos y yo no los ayudo por putitos.

—SE FUERON A UNA DISCOTECA DE STREPPERS Y NINGUNO DE USTEDES TIENE LA EDAD PARA ESO.

—Casi me meo al verlo, tiene cara de pendejo.

—¡Y QUEMARON MI CASA! ¿QUÉ DIABLOS ESTABAN PENSANDO?

—El hijo de puta está bueno, pero no quiere fajarme, por drogadicta.

—YA CÁLLATE, MALDICIÓN.

El chico me gritó y yo me sobresalté. Se me hacía conocido de algún lugar. ¡Pero si es Peter!

Me abalanzó contra él para abrazarlo pero él me aleja molesto y se sienta en el suelo. Se pone las manos en el pelo y grita frustrado.

—¿Y si era jodida para qué la querías? —le pregunté.

Los chicos se miraban a entre ellos y vi que Alex estaba algo nervioso. Que digo algo, estaba temblando el pobre. Como si le estuvieran haciendo algo...

Querida Mégane/Querida JessyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora