Mis días se habían vuelto demasiado monótonos, como si ya no tuviera nada que hacer o si ya hubiera vivido suficiente. A pesar de estar de lo más feliz con mi hermano mayor —o al menos por fuera— y su esposa e hijo, me sentía como mierda. Y al verlo como se besaban, se acariciaban y todo eso me daban ganas de agarrar una soga y ya ustedes saben. Verlos tan felices
me daban ganas de tomar un vuelo y marcharme a Londres para ver a mi Querida Mégane. Pero habían dos problemas.
Primero, mi hermano me necesitaba aquí.
Y segundo, el padre de Mégane seguro me castraba tan sólo verme.Tenía que acostumbrarme a mi viejo hogar en Brighton y hacer como si nada hubiera pasado. No me funcionaba pero hacía feliz a mi familia con eso.
—¿Vienes aquí un momento, Dylan? —llamó mi cuñada.
Yo estaba sentado en el sofá de la sala con los pies sobre la mesa mientras miraba en el televisor: "El lado bueno de las cosas" comiendo fresas con chocolate. Puse los ojos en blanco y dejé las fresas a un lado, me estiré y me levanté para buscar a mi cuñada. Ella se encontraba en la cocina, al parecer cocinando pero mi pequeño sobrino Han estaba pegado a una de sus piernas como si fuera un perro.
—Quítamelo, por favor —me rogó ella y yo asentí.
Me acerqué a mi sobrino y mientras me adentraba en la cocina percibí un extraño olor aunque ya me era conocido, aunque a mi estómago no. Mi cuñada preparaba un extraño estofado —según ella, de receta familiar, según ella— que tenía un extraño olor pero que extrañamente sabía aceptable. Siempre lo preparaba los miércoles y estoy seguro de que si tenía que comerlo otro miércoles explotaría. Mi sobrino era de mi mismo parecer, aunque ahora no parecía importarle el olor. Lo tomé por detrás y lo levanté del suelo para cargarlo pero el niño me tomó por el pelo y me mordió la nariz.
—¡Jodido niño del...! —no terminé la frase pues mi cuñada me fulminó con la mirada.
Agarré mejor a mi sobrino dejando sus dientes fuera del alcance de mi rostro y salí de la cocina con él.
La casa era enorme, era la misma que utilizaba mi padre para su estúpido prostíbulo. Mi hermano mayor se mudó con su mujer aquí luego de casarse y viven aquí desde entonces.
Mi preciado sobrino estaba saltando sobre el sofá impidiendo que yo pudiera ver la película tranquilamente. Suspiré frustrado tratando de calmarme pues las ganas de lanzar al mocoso por la ventana se aumentaban con cada segundo. Pero no debía hacerlo, era sólo un niño que quería... A quién mierda engaño es que no puedo, el maldito no se deja agarrar.
Se escuchó la puerta principal abrirse y el pequeño demonio saltó cayéndome encima sacándome el aire y luego corriendo hasta su padre. Quise levantarme y tomar a mi hermoso sobrino entre mis brazos para abrazarlo muy fuerte y demostrarle todo mi amor. Pero me quedé sentado intentando recuperar el aire que el niño me sacó cuando aterrizó en mi estómago.
Escuché los pasos de mi cuñada que iba caminando hasta su esposo. Cuando estuvieron uno frente al otro, se dieron un sonoro beso seguido de otro algo subido de tono.
—Aquí hay menores —dije desviando mi mirada de ellos e intentando no tener arcadas.
—Hace rato que Han fue a su cuarto jugando con algo que le traje —me respondió mi hermano.
—Dime por favor que no le trajiste otra Barbie para que sus soldaditos la violen, Peter —le dije y él abrió los ojos como platos.
—¿Quién le dio una Barbie a Han? —gritó furioso.
¿A caso no escuchó cuando dije que los soldados abusaban de la pobre rubia?
Reí mientras observaba como mi hermano caminaba hasta las escaleras y las subía precipitadamente. Mi cuñada me fulminó con la mirada y corrió tras su esposo.
Me reacomodé en el sofá tomando de nuevo las fresas con chocolate y comencé a comerlas sin prestarle la más mínima atención a la película.
Los pensamientos comenzaron a llegar a mi cabeza confundiéndome un poco.
Quería volver a ver a Mégane, al menos para explicarle las cosas. Aunque tal vez en estos tres años que han pasado ya ha superado lo que pasó y ya hasta tiene novio. Pero tengo ganas decirle la verdad. Estuve a punto de decirle antes de marcharme pero no me dejó.
¿Cómo decirle a Mégane que fue mi hermano que salvó a Lu, que él y yo cambiamos de lugar cuando Peter comenzó a sospechar que Mégane estaba atraída por él? Ella no me quiere volver a ver, me lo dejó muy claro.
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Querida Mégane/Querida Jessy
FanfictionHistoria de Mégane Pasquarelli y Jessy Lí. Continuación de la trilogía "Niña Mal". Cuarta y Quinta temporada de Niña Mal. •ADAPTADAS• La famosa familia Pasquarelli ha tenido desde siempre descendientes problemáticos y extraños, pero Mégane quiere s...