Querida Jessy | Capítulo 12: Eres un problema

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•Catherine•

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•Catherine•

La mañana estaba hermosa. Cuando abrí mis ojos, estaba más feliz que una lombriz. El día parecía decir: Problemas y eso me encantaba. Cuando miré a mi lado, mi teléfono sonaba sin cesar pero no le hice caso. Antes de siquiera decir un hola, debía de ducharme y, por supuesto, antes debía tener algo en mi estómago.

En el baño, con la ducha abierta, recordé a Edward y nuestra despedida. Me daban ganas de reír recordar que no hicimos nada. Sólo unos besos fogozos y manos aquí y allá. Cuando vi que quería acción, lo dejé ahí mismo. Me encantaba hacerle eso. A veces se lo hacía a Jasson.

Jasson...

Estando en la cocina, añoré estar con mi pequeño. Todas las mañanas se despertaba de un humor distinto y a veces me hacía reír.

Tomé mi celular para ver quien estaba llamando. ¿Qué quería mamá a estas horas? Allá de seguro es bastante tarde. Pero bueno, de seguro anda bebiendo o algo por el estilo.

—¿Hola? —pregunté mientras buscaba algo que comer en la mini nevera.

—Cath —escuché la ronca voz de mamá. Debían de ser las nueve de la noche allá.

—¿Qué pasa? —le pregunté. Tomé un envase de yogurt de fresa. Tomé también galletas, unos muffins y un flan de caramelo.

—Tu hijo —me contestó—. Es igualito a ti.

—¿Qué hizo? —le pregunté a mamá sentándome en la mesa y comenzando a comer.

—No quiere dormir —me dijo—. Voy a darle somníferos si no se duerme.

—No te atrevas, mamá —le advertí con Muffin en la boca—. El niño aún es virgen de drogas.

—Y de todas partes —me recordó.

—Como sea —dije dando un trago al yogurt—. ¿Por qué no quiere dormir?

—Le dije que Jasson viene mañana y no se quiere quitar de la puerta.

Me paré en seco en ese momento, con el muffin a medio camino de mi boca.

—Es normal —dije tranquilamente—. Nunca lo ha visto, está emocionado.

—Su emoción da miedo —me dijo mamá y hubiera reído si no fuese por los nervios—. Tendré que amarrarlo y llevarlo a la cama.

—Él no es papá —le advertí y ella rió.

—Lo sé, pero creo que será como él —observó.

Miré la puerta, esperando por Mégane. Quería que se apareciera y que hiciera como que nada había pasado ayer. Yo no lo iba a hacer, ella me hizo sentir muy mal.

—Dios lo libre —dije ya poniendo atención a mamá.

—Es que... Si lo vieras ahora. Los genes Pasquarelli se están activando...

Querida Mégane/Querida JessyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora